El PSOE se empeña en atribuir la renovación del CGPJ al ultimátum de Sánchez
El Partido Socialista cerró este martes el acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial con el Partido Popular después de cinco años con el mandato caducado. Los dos principales partidos cedieron en sus posturas de máximos; los socialistas renunciando a una mayoría progresista de los vocales y abriéndose a cambiar el modelo de elección, mientras que los populares por fin dieron el visto bueno a un acuerdo al que se han resistido en varias ocasiones.
Pocas horas antes y en plena comparecencia del Gobierno tras el Consejo de Ministros, saltó la noticia: PP y PSOE se reunirían esa misma tarde para cerrar el acuerdo. En privado, altos cargos del Ejecutivo se mantenían escépticos de que el PP aceptara cerrar el trato: “Siendo el PP, veremos si lo aceptan”, pero, según pudo escuchar El Chivato sí se esmeraron en dejar claro que el mérito -en caso de que así fuera- correspondía al presidente, Pedro Sánchez, por el ultimátum lanzado hace apenas tres semanas: “Si lo hacen es porque no les ha quedado otra”, sentenciaban en una conversación informal.
El líder socialista amenazó al PP con renovar el CGPJ sin su apoyo si no se cerraba un acuerdo en junio. Un órdago que ya había lanzado con anterioridad. A principios de semana, en la cúpula del PSOE escapaban del plazo marcado por Sánchez, y abrían la puerta a prolongarlo más allá de este mes.
En 2021, con Unidas Podemos en el Gobierno, se planteó la posibilidad de cambiar las mayorías. Actualmente, la ley obliga a que sean tres quintos de la Cámara Baja los que avalen el nombramiento de los vocales, esto es, 210 diputados; una cifra inalcanzable sin el acuerdo de las dos principales formaciones. Moncloa se planteó cambiar el modelo y que pudiesen aprobarse los nombramientos con una simple mayoría absoluta de 176 escaños. Una iniciativa que se descartó después de que Bruselas mostrara su preocupación por un posible cambio de las mayorías que dañase el Estado de Derecho en España.
Pero el ultimátum de Sánchez se interpretó por el PP como una amenaza para cambiar definitivamente las mayorías y aprobar el nuevo CGPJ de la mano de ERC, Junts, PNV, Sumar, Podemos o EH Bildu.
-- “No han tenido otra. Se han visto ante la posibilidad de quedarse sin poder nombrar a ningún magistrado y han movido ficha”, se jactaba en privado un ministro poco después de la rueda de prensa. Sin embargo, en Génova siempre mantuvieron la calma y no dudaron en que el ultimátum no se cumpliría después de las advertencias de la Comisión Europea.
Una tesis que reiteraron en varias ocasiones y no solo un miembro del Gobierno. En Moncloa se han esmerado en trasladar el mensaje de que el PP ha cedido para no perder poder en la elección de los jueces y elegir así a los nuevos vocales. Varios artículos publicados el miércoles en El País, incluido el editorial sobre el tema, contenía esta misma idea reiterada.