El presidente del Parlamento de Baleares, Gabriel Le Senne y su partido, Vox, han presentado un recurso en los juzgados de lo Contencioso Administrativo de Palma para instar la retirada urgente de la bandera LGTBI colocada en el edificio sede de la Cámara con motivo de la conmemoración del día del Orgullo Gay. El recurso, al que tuvo acceso ABC, esgrime a partir de la jurisprudencia del Tribunal Supremo «la preponderancia del principio de neutralidad de todos los poderes públicos, en aras a garantizar la igualdad y preservar la objetividad» ante el uso de la bandera arcoíris «para fines partidistas, al querer identificarla con posturas ideológicas». «En el caso que nos ocupa, y sin perjuicio de la formalización del presente recurso, el mantenimiento de las pancartas, insignias, enseña o como quiera que denominemos, que aparecen en la fachada del parlamento -hecho notorio- incurre en una clara ilegalidad. Su mantenimiento por más tiempo, significaría la aceptación e impunidad de un acto ilegal, contra legem, en un edificio público por vulnerar los principios de neutralidad y objetividad que debe presidir este tipo de actos y actividades en el Parlamento de las Islas Baleares», razona el recurso. Fuentes de la formación que lidera Santiago Abascal subrayan que no se trata tanto de una batalla política, por discrepancia con lo que representa esa bandera en sí, como jurídica: hacer valer «el principio de neutralidad y objetividad establecido para el uso de los edificios públicos» ya que la legislación al respecto sólo autoriza «los símbolos que corresponden en este caso a la corporación y a España, como elementos comunes a todos los integrantes del parlamento vinculado a su representatividad». Conforme detalla el recurso, «se considera que el hecho impugnado se aparta de la legalidad en cuanto a que en el imaginario del ciudadano se ha transmitido, -añadimos con todo nuestro respeto, de forma falaz- que con la pancarta, bandera o insignia del arcoíris corresponde, en mor de una apropiación interesada, a la defensa realizada por algunos partidos políticos del que denominan colectivo LGTBI, como si otros partidos no realizaran defensa de las personas integrantes en el mismo». A su parecer, la colocación de esta o cualquier otra bandera no prevista expresamente en la legislación es contraria a derecho aunque se haya colgado por decisión de la Mesa del Parlamento balear, ya que el Supremo tiene establecido que «el hecho de que los acuerdos en los órganos colegiados se tomen democráticamente en modo alguno los hace conformes a derecho» y no pueden «prevalecer sobre el ordenamiento jurídico, que vincula a todos los poderes públicos». En este sentido, Vox pidió a la Mesa que reconsiderase su posición pero este viernes se colocó la bandera sin que su solicitud se hubiera resuelto. De ahí, argumentan, que soliciten «auxilio judicial para restablecer la legalidad en la actuación del Parlamento» con solicitud de medidas cautelarísimas, es decir, de urgencia y sin escuchar a la otra parte, para hacerla valer. La bandera LGTBI ha alterado la convivencia entre PP y Vox, socio externo de gobierno de la presidenta popular Marga Prohens, un año después de que la líder popular formara gobierno en solitario con el apoyo eterno del partido de Santiago Abascal. Ambos partidos habían acordado no exhibir banderas o símbolos no oficiales en las instituciones, pero ahora el PP se ha desmarcado de este pacto no escrito y Vox advierte de que esta «traición» podría desestabilizar el gobierno autonómico. Vox ha escenificado su malestar en público, acusando a los populares de «traición», después de que el PP permitiera con su voto en la Mesa del Parlamento de Baleares que la bandera arcoíris cuelgue de la fachada de la institución hoy viernes, Día del Orgullo, apoyando una propuesta de los ecosoberanistas de Més. El cambio de parecer del PP se ha extendido también al Consell de Mallorca y al Ayuntamiento de Palma. La polémica arrancó hace dos semanas. El presidente de la cámara, Gabriel Le Senne, sorprendió convocando una comparecencia urgente a los medios para acusar al PP de «ceder y situarse al lado de la izquierda» y lanzar un ultimátum a Prohens. Habló de «traición en toda regla». Desde la cúpula nacional del partido forzaron a Le Senne a marcar perfil en este asunto, que poco después quedó diluido con la polémica de la fotografía de Aurora Picornell y la expulsión de las dos diputadas socialistas que se negaron a retirar los retratos de fusiladas por la represión franquista en la Guerra Civil desde la Mesa de la cámara regional. Le Senne argumentó en su rueda de prensa urgente que la bandera arcoíris no era oficial y consideró que «ni siquiera representa a todo el colectivo gay, sino sólo a un lobby». Sostuvo que ambos tenían un «pacto entre caballeros» para no colgar símbolos no oficiales, que el PP ha incumplido» y podría «tener consecuencias». Los populares respondieron a Le Senne que no podía «manejar el Parlamento como si fuera su cortijo» y argumentaron que colgar la bandera con motivo del Orgullo era un acuerdo de pleno. Le recriminaron al presidente de la cámara regional que convocara «una rueda de prensa extraordinaria» para criticar la propuesta. Finalmente, el presidente de la cámara y segunda autoridad de Baleares, que reclamaba que se declarase nulo este acuerdo de la Mesa, ha accedido hoy a colocar el símbolo en la fachada de la Cámara pese a considerar que vulnera la neutralidad de la institución. «Es obligatorio cumplir los acuerdos y no voy a dar instrucciones a ningún funcionario» para no hacerlo, ha reconocido. La polémica hoy también se ha extendido al Consell de Mallorca, donde Vox sí gobierna con el PP, y donde también ha habido rifirrafe entre ambos socios. El vicepresidente del Consell de Mallorca y consejero electo, Pedro Bestard, ha acusado al presidente popular, Llorenç Galmés, de ceder a la presión ejercida por la izquierda y de «provocar que la bandera de unos pocos, esté presente en la fachada y las escalinatas del Consell de Mallorca». VOX considera que la bandera arcoíris genera «crispación, división y que no es oficial». Con tono de sorna, le ha preguntado al presidente Galmés «si no había una bandera más larga para adornar la escalinata, porque un poco más y llega hasta el Parlamento de las Islas Baleares». Según Bestard, «lo que ha hecho hoy el PP es una provocación». «La cobardía y la deslealtad del PP nos avergüenza», ha añadido. Por su parte, los nacionalistas de Més , impulsores de esta iniciativa, celebran que el Parlamento de Baleares despliegue hoy la bandera LGTBI, aunque pide al PP políticas activas en defensa del colectivo.
