Llego con él ya sobre el escenario. No conozco bien su carrera, he escuchado 'Entre dos tierras' demasiadas veces como para que me apetezca y su voz me produce un 'no sé qué' difícil de explicar que hace que no me guste el personaje. Al abrirse la puerta gris del sector 6 se desvela ante mis ojos, pequeño en la distancia, Enrique Bunbury. Está rodeado de fieles fanáticos y desde aquí arriba parece una aparición. Un pañuelo rojo en el cuello y un sombrero negro son el único atrezzo en un escenario minimalista por el que se mueve mucho. 'Nuestros mundos no obedecen a tus mapas', buen calentamiento, y 'Cuna de Caín', que ya entra en materia, son el tiempo...
Ver Más