Entre las colinas de Niederberg, 15 kilómetros al norte de Wuppertal y 20 al este de Düsseldorf, el IMS Arena de Velbert sirve de casa de Georgia en Alemania. Hasta el pasado miércoles, allí solían desfilar una decena de periodistas. Hoy somos medio centenar. La historia ha cambiado tras su gesta contra Portugal y su partido de esta noche ante España. Los georgianos se han convertido en la sensación del torneo y uno de sus mejores jugadores, el centrocampista del Levante Giorgi Kochorashvili (29 de junio de 1999, Tiflis), se sienta con ABC para hablar del partido más importante de sus vidas. -¿Cómo es la vida en su país? -Georgia es un lugar increíble. Tenemos problemas, claro, pero la gente es maravillosa, cariñosa y muy trabajadora. Nuestros padres se han desvivido para que tengamos una buena vida, siempre desde la humildad y el respeto. Nos han protegido y educado del mejor modo para que seamos buenas personas. -¿Cómo era su vida allí? -Mi vida era ir al colegio y jugar al fútbol. En mi infancia ya había muchos videojuegos, pero en Georgia los niños seguimos yendo a la calle a jugar pachangas. Yo las jugaba de cuatro contra cuatro o de cinco contra cinco. Es cierto que esto se ha perdido en algunos países, pero no en Georgia. -Pero tendría una formación más profesional que unas pachangas... -Sí, sí. Primero empecé a jugar en el equipo de mi pueblo, luego en el Saburtalo Tbilisi, luego me fui a la Academia del Dinamo Tiflis y en 2013 volví al Saburtalo. Jugué un Europeo sub-19 y me fui, con 18 años, cedido al Girona. Es complicado salir de Georgia a trabajar si no eres mayor de edad. El visado solo te lo dan a partir de los 18 años. -¿Por qué son tan patriotas? -A los georgianos nos gusta soñar a lo grande. Georgia es sagrada para nosotros. La vamos a defender hasta la última gota de nuestra sangre porque la llevamos dentro de nosotros. Somos un país pequeño que hemos sufrido la guerra, pero tenemos nuestra lengua, nuestra escritura… Hemos conservado muchas cosas por ese modo que tenemos de sentir el país. Nos gusta luchar y tenemos mucho orgullo. Nos dejamos la piel por lo que amamos, pensando en nuestros padres, hijos y en toda nuestra familia. Hemos crecido en un país libre y en el colegio hemos aprendido lo que significó que gente de Georgia muriera por defender a nuestro país y lograra conservar nuestra religión, nuestra lengua y nuestras tierras. Y este sentimiento de fuerza, de lucha, de corazón es lo que intentamos transmitir en un campo de fútbol. -¿Qué os dicen vuestros familiares? -Están orgullosos de nosotros, pero ya se ha calmado esa euforia porque no nos ayuda. Tenemos que estar concentrados porque sabemos dónde hemos llegado, pero también cómo hemos llegado. Muchos piensan que lo de Georgia es una sorpresa, pero yo no lo pienso así. Conozco a los compañeros y a este grupo, y hemos trabajado mucho. Hay mucho trabajo detrás que no se ha visto. Y vamos a seguir compitiendo para hacer que nuestras familias se sigan sintiendo orgullosas de nosotros y vivan otro día de felicidad como contra Portugal. -¿Pueden eliminar a España? -No hay nada imposible en este mundo. Solo tienes que creer, trabajar e ir a por ello. Tenemos mucha fe en nosotros mismos. No vamos a salir pensando en el resultado, porque cuando piensas en el resultado te frustras. Vamos a pensar en el minuto a minuto, en el segundo a segundo, en el duelo a duelo, y si se hacen bien las cosas creo que llegará un buen resultado. -¿Se puede confundir España si piensa en el 1-7 y el 3-1 de la fase de clasificación? -Todo es un error cuando una persona piensa en el pasado. El pasado es pasado, pero el futuro no lo sabemos. La realidad es que tenemos un nuevo partido, en una Eurocopa, estamos aquí porque damos la talla y el nivel, y somos mucho mejor equipo que hace un año, seis meses, incluso que hace cinco días. Sería una tontería comparar esos partidos con el de esta noche. -¿Qué significa Willy Sagnol para ustedes? -Es una ayuda muy importante. Sobre todo, a nivel mental, de confianza, de creer en mí y en mis compañeros. Él ha jugado en la élite como futbolista y mentalmente nos transmite mejor que nadie lo que significa un partido de octavos de Eurocopa, un torneo de esta importancia. Los mensajes que nos da nos hacen pensar y reflexionar. Tenemos mucha suerte de que sea nuestro seleccionador. -Usted ha jugado en el Girona, en el Castellón y ahora en el Levante, en Segunda división. Tiene pinta de que con la Eurocopa que está haciendo, la próxima temporada va a dar un salto grande... -Jugar en España desde los 18 años me enseñó muchas cosas, en lo personal y profesional. Igual que a mis compañeros de selección que también juegan en Europa. Aquí se aprenden muchas cosas. Yo no sabía español cuando me fui al Girona y el fútbol me ha enseñado a socializar, a ser mejor persona, a enamorarme de España, a aprender el castellano… A todo, vamos.. -Pero no me ha contestado. ¿Seguirá en el Levante? -Cuando eres niño siempre piensas a lo grande, en jugar en lo más alto. Gracias a mis equipos en Georgia, al Girona, al Castellón y al Levante soy el jugador que soy ahora mismo. Si estoy jugando en Segunda es por algo y estoy muy agradecido al Levante. Noto el apoyo de su afición. Me dan mucha fuerza, pero ahora solo pienso en la Eurocopa. El futuro ya veremos. A mí me gusta disfrutar del camino.