La industria alimentaria se sube a la ola de la IA
El segundo PERTE del sector agroalimentario, que entrará en vigor antes de final de año y que contará con una financiación de 100 millones de euros, está más presente que nunca. La industria alimentaria lleva años inmersa en un proceso de transformación de sus procesos productivos para hacerlos más competitivos y sostenibles.
El primer PERTE aprobado en 2022 ha constituido una oportunidad de financiar proyectos que contribuyan a esta transformación. Adjudicó 182 millones de euros y ha alcanzado a más de 286 proyectos primarios, de 224 empresas, con actuaciones en 14 comunidades autónomas.
Haciendo balance de este primer PERTE, entre las empresas participantes está la agrupación INNO_MEAT, liderada por Noel Alimentaria y formada por otras nueve empresas: Porxas Pairó, Pernils Llémena, PAL Robotics, Gesame Food Machinery, Timpolot, Iclotet y BDFIngredients. Todas ellas apostaron por la innovación como instrumento para la mejora de la competitividad y la transformación sostenible a través de veinte proyectos primarios presentados que buscaban una transformación integral de los procesos a lo largo de toda la cadena de valor del sector cárnico mediante la digitalización, la automatización y la promoción de prácticas sostenibles para reducir la huella de carbono.
El proyecto recibió una ayuda por parte del Ministerio de Industria y Turismo a partir de los fondos Next Generation EU de 6,4 millones de euros de los que 5,5 millones corresponden a ayudas a fondo perdido. Durante el proceso, la agrupación estuvo asesorada por LLYC y PwC, consultoras líderes en servicios corporativos y en gestión de financiación pública, respectivamente. «En Noel apostamos por la innovación y el uso de nuevas tecnologías como vía para mejorar la trazabilidad del producto a lo largo de toda la cadena de valor, asegurando la calidad del producto y mejorando la seguridad alimentaria», afirma Jordi Duch, director industrial de Noel Alimentaria.
Noel, junto a Timpolot y a Pernils Llémena, apostó por un proyecto de incorporación de la IA y el «deep learning» en el control de la trazabilidad, la calidad y la gestión de materias primas cárnicas. El sistema clasifica automáticamente la carne por el nivel de grasa o la anatomía de despiece, un paso fundamental para organizar su posterior venta o uso de la fabricación.
Reducir la huella de carbono
Por su parte, Carnity, la agrupación de empresas liderada por Argal, ejecutará diferentes tipos de proyectos, también impulsados por LLYC, a través del PERTE Agro. Entre ellos, la reducción de la huella de carbono mediante la realización de actuaciones centradas en la mejora de la eficiencia energética, de transición a fuentes renovables y de reducción en el consumo de recursos. Impulsará medidas orientadas a la digitalización, sensorización y robotización de los procesos industriales de cara a mejorar la competitividad y fomentar la trazabilidad y la seguridad alimentaria. Para reducir la contaminación, se ha implementado un software especializado que permite calcular y monitorear la huella de carbono en todas las etapas de producción, desde la materia prima hasta el producto final. Con un presupuesto total de 44,7 millones de euros y una financiación del 55% a través de las ayudas del PERTE Agro, Carnity tiene el potencial de generar un impacto significativo en la economía y la sociedad españolas, creando empleo, fomentando la competitividad y promoviendo prácticas empresariales responsables.
Otro de los proyectos que concurrieron al primer PERTE Agro fue Meatway con el fin de llevar a cabo la modernización de los sistemas de trazabilidad, seguridad alimentaria y gestión de la calidad en la cadena de valor del sector porcino, vacuno y avícola. Consiguió una financiación de más de 16 millones y su propuesta aglutina catorce líneas de actuación, cuatro en cooperación y diez individuales, ocho de las cuales están impulsadas por el Grupo Vall Companys.
Todas ellas enfocadas a la aplicación de nuevas tecnologías e innovación con el fin de optimizar los modelos de producción, así como incrementar los niveles de sostenibilidad en el sector. Incluyen ensayos relacionados con el desarrollo de nuevas soluciones de visión artificial; alternativas plant-based a la tripa natural; o la mejora de los sistemas de aprovechamiento de aguas y eficiencia de recursos hídricos, entre otros. Destaca también el proyecto de desarrollo de sistemas de visión artificial para la optimización de la clasificación y verificación de operaciones en la industria cárnica porcina y avícola.
El sector agroalimentario contribuye con casi un 10 % al PIB y está conformado, en su mayor parte, por pequeñas y medianas empresas. Un 96% de las más de 30.500 empresas son pymes. De esta forma, el PERTE se concibe como un conjunto de medidas que benefician a empresas y autónomos del sector agroalimentario y que generan sinergias con el fin de mejorar la trazabilidad y seguridad del sector agroalimentario.