Guarda Valladolid un tesoro extraño. Extraño fundamentalmente por su condición de extranjero. Cualquiera que haya visitado la ciudad de Zorrilla y Delibes con curiosidad artística e histórica, habrá tenido que pisar indubitadamente su espectacular Museo de Escultura Policromada, la joya de la imaginería barroca; habrá visitado sus iglesias, desde la Antigua hasta San Pablo, pasando por su inacabada catedral y el colegio renacentista de Santa Cruz, hoy sede del rectorado de su centenaria universidad. Pero es menos probable que haya tenido noticia de que esa ciudad acoge el mejor museo de arte oriental de España y uno de los mejores de todo el occidente europeo. Y, sin embargo, ahí está el Museo Oriental de los Agustinos Filipinos. Y no es...
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