Rodear San Caetano y enviar un mensaje claro: exigir a la Xunta que «vele por los intereses de todos los gallegos y no solo por los intereses de una empresa privada». Así definió la portavoz de Ulloa Viva –asociación convocante junto con la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa–, Marta Gontá, la concentración que tuvo lugar este domingo en Santiago alrededor la sede del Ejecutivo autonómico como protesta contra la instalación de la fábrica fibras textiles y lyocell en Palas de Rei (Lugo). Una cita en la que escucharon proclamas como 'A auga é nosa e non da celulosa' o 'Rueda, recúa, a auga non é túa', y que reunió a miles de personas. «No vamos a parar hasta que este proyecto se paralice, porque atenta directamente contra nuestro modo de vida», aseguró Gontá en declaraciones concedidas a este medio. Son, dijo, unos «30.000 gallegos y gallegas exigiéndole a la Xunta» que les «escuche», que se reúna con ellos para que «puedan entender» los «motivos reales» por los que rechazan la planta. «No estamos en contra de la industria, estamos en contra de la industria altamente contaminante que rompe con nuestra manera de vivir«, aseveró, añadiendo: »El problema está en qué se entiende por progreso«. Para ellos, continuó, es »vivir bien siendo respetuosos con el medio«, y no »generar un montón de riqueza que acaba en las manos de cuatro [personas] a cuenta de que todos los demás vivamos peor«. Y aunque también se vieron otras proclamas escritas en carteles o en camisetas, como 'Eólicas así non', la segunda protagonista de la jornada fue la mina de Touro-O Pino, que la semana pasada la Xunta declaró Proyecto Industrial Estratégico, como la planta de Palas –en total, son ocho–. Además de las calaveras, emblema de las protestas contra la reapertura de la explotación en 2018 –y que ya se vieron en la manifestación, también en oposición a la planta de fibras textiles, del pasado mayo–, desde el palco se escucharon consignas como «no es solo Altri o Cobre San Rafael», o «el objetivo es parar los dos proyectos». Una concentración que para el Bloque es «una prueba evidente de que hay una mayoría social en Galicia que se opone» a la construcción de lo que Olalla Rodil, la viceportavoz primera del partido, definió como una macrocelulosa que proyectan en la comarca de A Ulloa «Altri y el Partido Popular». Así, pidió a la Xunta que «no imponga» la construcción de lo que sería «una bomba ambiental en el corazón de Galicia» , que, denunció, forma parte de un «modelo depredador y colonial». También asistió la alcaldesa compostelana con la comitiva del BNG, Goretti Sanmartín, quien, en declaraciones concedidas a este medio, celebró el «éxito» de la convocatoria. «Los 250 millones de euros que se van a invertir en este proyecto, que bien estarían invertidos en un proyecto a pavor de los sectores productivos de toda la comarca de A Ulloa «, afeó, asegurando que »eso sí que sería generar empleo sostenible«. En línea con la ambigüedad mostrada hasta la fecha, no acudió nadie de la dirección del PSdeG. Sí lo hicieron, en cambio, las Xuventudes Socialistas. Ellos sí tienen clara su posición: se oponen «a la mentira de Altri».