Escuchar (o leer) a Felipe González es un ejercicio de añoranza. No tanto por aspectos concretos de su gestión al frente del Gobierno –en la entrevista de ayer en ABC hablaba con orgullo de la integración en Europa o la Expo-92, pero omitía aspectos como la corrupción o la politización del la Justicia, porque no hay que olvidar que los lodos actuales provienen del polvo felipista– como por aquel tiempo en el que el PSOE era un partido con sentido de Estado que anteponía la estabilidad nacional a su propio interés. Felipe cedió el Gobierno a Aznar tras lograr el 37,63% de los votos; Sánchez gobierna con el 31,68%. González revela a Ignacio Camacho cómo Helmut Kohl le sugirió buscar... Ver Más