Siempre confié en la Selectividad como sistema. Durante años me correspondió vigilar y corregir la prueba de acceso a la Universidad y todavía mantengo vivo el recuerdo de cuando me tocó examinarme. En aquellos días, como tantos jóvenes, sentí que el pacto social se ponía definitivamente a prueba. Todos acudíamos provistos de unos conocimientos que habíamos cultivado durante años, un par de bolis, una calculadora Casio y una madeja de apuntes en la mochila para dar un último repaso en el tren. Había y hay algo noble en esa dificultad. Este examen muchas veces es el primer gran momento en el que un joven se enfrenta a un ejercicio de soledad y madurez. En la Selectividad -asumamos de una vez... Ver Más