Cuando el presidente Macron pidió a los franceses que renovaran a los miembros de la Asamblea Nacional (elecciones del 7 de julio), nadie esperaba que el antisemitismo se convertiría en un tema central del debate político. En principio, lo que está en juego es la reconstitución o no de una mayoría parlamentaria con la que Emmanuel Macron pueda gobernar. Pero, en realidad, nada está sucediendo como el presidente había previsto. En lugar de los dos bandos opuestos de siempre, uno a favor del presidente y otro en contra, hemos asistido a la aparición de tres bloques, los tres algo heterogéneos. En la extrema derecha, la Agrupación Nacional, liderada por Marine Le Pen, eterna candidata a la presidencia, se ha aliado...
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