Por eso, Eslovaquia le perdió el respeto a los de Southgate nada más pisar el verde y se lanzó a por la sorpresa. A punto estuvo de conseguirla a los cinco minutos de juego con una llegada de Haraslin por el costado izquierdo que terminó con un centro chut que a punto estuvo de sorprender a Pickford.
Aquello fue tan sólo el primer aviso, aunque es cierto que dio paso a unos minutos de lo más entretenidos con alternancias y acercamientos a las dos áreas. Inglaterra aceptó por momentos el cuerpo a cuerpo y respondió con algunos centros laterales sin remates, y también con un disparo de Trippier, lateral a pierna cambiada, que se marchó a las nubes.
Eslovaquia cargó mucho su ataque por la banda izquierda. Allí Haraslin hacía casi lo que quería, y el jugador del Sparta de Praga estuvo a punto de inaugurar el marcador. Le ganó la espalda a Walker, puso el cuerpo para proteger el balón y en el momento de definir dentro del área llegó la zaga inglesa para abortar el peligro y evitar un gol cantado.
En este intercambio de golpes fue Harry Kane el que cabeceó buscando poner por delante a los suyos, pero la zaga eslovaca desvió a córner para evitar males mayores.
Al paso por el ecuador de esta primera mitad la sorpresa se materializó. Inglaterra sacó a relucir todas sus debilidades defensivas en una pugna aérea y el balón suelto le cayó a Strelec en la frontal del área. Enseguida filtró un pase a la espalda de la zaga inglesa, que hizo aguas, y Schranz mató en el mano a mano ante Pickford con un disparo raso.
Hasta ahí llegó la primera mitad, porque en los 20 minutos que restaban por delante Inglaterra dio un auténtico ejercicio de incapacidad para generar fútbol, acercarse al área y demostrar tener pulso vital en esta Eurocopa.
La segunda parte
En la segunda mitad cambió el escenario. A punto estuvo de hacerlo de forma drástica, porque Inglaterra tardó menos de cinco minutos en conseguir el empate, pero lo hizo de manera ficticia. Foden remató al fondo de las mallas un centro de Trippier desde el costado izquierdo, pero estaba en fuera de juego y el VAR ratificó la anulación de ese tanto.
Casi acto seguido fue Harry Kane el que, con un disparo desde dentro del área que tocó en la zaga eslovaca, amenazó al rival, y eso venía a confirmar un cambio de cara de Inglaterra. Eso sí, a punto estuvo de tirar su reacción por los suelos el equipo de Southgate con un error infantil en el saque de una falta que casi termina con un gol de Strelec desde el centro del campo.
Inglaterra movió fichas y le puso más corazón que cabeza. Su juego y su confianza no están para muchas exhibiciones, pero es cierto que mereció más en este segundo acto. Por inercia, durante algunos momentos encerró a una Eslovaquia que apenas dejó señales de vida en ataque y se limitó a defender de manera ordenada.
Tuvieron que esperar los ingleses hasta el minuto 80 para cantar el primer ‘uy’ claro. Un disparo de Declan Rice desde la frontal del área se estrelló en el poste, y el posterior remate de Harry Kane se marchó arriba.
Inglaterra estaba haciendo las maletas, los ojos de los ingleses empezando a aflorar lágrimas en las gradas, pero entonces apareció él. Jude Bellingham. El jugador del Real Madrid, que estaba firmando un torneo de lo más discreto, llegó en el momento preciso con su capa de super héroe.
Con el cronómetro agonizando se sacó de la chistera una chilena espectacular para empatar el partido. Nadie apostaba ya por Inglaterra, casi todos habían perdido la fe, pero Jude se encargó de darle una vida extra a su selección.
Kane mata
Inglaterra llegó eufórica a la prórroga, sabiendo que acababa de salvar una situación desesperada, y este tiempo extra mató a Eslovaquia. Se adivinaba más dominio del equipo de Southgate, pero no hubo que esperar ni un minuto para comprobarlo.
A las primeras de cambio Inglaterra mató. Una falta puesta por Palmer desde el costado derecho se convirtió en un disparatado cruce de rechaces. La suerte volvió a estar del lado de la subcampeona de Europa porque el balón le llegó a Harry Kane que, dentro del área, tan sólo tuvo que cabecear a gol.
El éxtasis se apoderó del equipo de Southgate, que en un corto periodo de tiempo había pasado de verse fuera del torneo a estar con pie y medio en los cuartos de final y de nuevo ante un rival de menor categoría.
Ahí Eslovaquia, que se había limitado a defender durante muchos minutos, se vio en la necesidad de tener que proponer algo más, y fue en ese momento en el que se le vieron las deficiencias. Por lógica dieron un paso adelante y volvieron a pisar el campo contrario, pero en la primera mitad de la prórroga Inglaterra no sufrió.
/Escrito por Alberto Marcaos para El Español