Manuel Marchena y Cándido Conde-Pumpido se llevan mal, y viene de lejos. En la carrera judicial todo el mundo lo sabe, incluso le ponen fecha al momento en que todo se rompió. Fue cuando ambos compitieron por presidir la Sala II del Tribunal Supremo , la misma que ayer le espetó al Gobierno que la ley de Amnistía es inaplicable porque la redacción de la malversación es una chapuza. ¿Saben quién ganó? Marchena, y algo se rompió entre los dos, que se saben dos de los magistrados más prestigiosos de España. Tal vez ahí, en ese choque personal, esté el germen de los últimos comportamientos del Tribunal Constitucional, esa manía por extralimitarse y corregir las sentencias del Supremo a pesar...
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