Cristiano Ronaldo (39) vivió una noche extraña en
Frankfurt. La selección de Portugal consiguió el pase a cuartos de final, pero su capitán se fue del campo con un sabor agridulce. Incluso lloró. Lo intentó de todas las maneras posibles y estuvo muy cerca del gol, convirtiendo a
Jan Oblak héroe del partido por muchos momentos. El esloveno le paró un penalti en la prórroga y le desesperó.
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