El
Tour de Francia se gana subiendo y también bajando, y lo ocurrido en la cuarta etapa de
l Tour de Francia es una buena muestra de ello. El
cuarto asalto de la Grande Boucle de este martes estaba marcado en rojo en el libro de ruta de
Tadej Pogacar. El esloveno ya probó el estado de forma de
Jonas Vingegaard en el ascenso a San Luca y este martes tenía que medir las fuerzas de
Vingegaard en el primer test serio de alta montaña, con el ascenso al
Galibier, de categoría especial, y en el rápido y técnico descenso de 18,9 kilómetros hasta
Valloire. Un escenario en el que
Pogacar ha vuelto a ser el mejor para ganar su segunda etapa en esta edición de la carrera y volver a reinar en el trono de la carrera.
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