Hubo que esperar, quizá más de la cuenta, pero el ataque de Pogacar llegó, y de qué forma en los últimos metros del Galibier, a 2.600 metros de altura, y después de que sus compañeos en el UAE Team Emirates marcaran un ritmo de ascenso endiablado que hizo mucho daño a todos sus rivales.
Seguir leyendo...