Primero el Real Madrid, campeonísmo, montó la apoteosis callejera, alcalde, y la fiesta fue mucha fiesta, con remate en el Santiago Bernabéu. Hubo Copa y copas. Luego ha venido la fiesta del Orgullo, que es un día con muchas noches dentro, y la jarana ha resultado mucha jarana. Ambas cosas me han traído la especulación de que Madrid no tiene una gran fiesta de muchedumbre que colapse la ciudad, como sí pasa en otras ciudades mayores del mundo. Aquí tenemos San Isidro, sí, y la Almudena, sí, y el verbeneo de la Paloma, sí, y hasta la Nochevieja, sí, que es una celebración de la tele, pero también de la Puerta del Sol. Estas fiestas no incluyen una electricidad que...
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