Día de lluvia en Londres, de interrupciones en el juego. De idas y venidas al vestuario. Un calvario para aquellos jugadores que no estén bajo la cubierta de los techos retráctiles de la pista central o la 1. Una jornada especialmente complicada para los favoritos, quienes acarrean la presión de llevar el peso de la eliminatoria.
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