Falta poco para que al Tribunal Constitucional se le llame el TC de Pumpido, tras los esforzados remiendos con los que trata de cubrir la corrupción económica y política del sanchismo. Si el prestigioso CIS pasó a ser conocido como el CIS de Tezanos y después por Tezanos, el Constitucional lleva el mismo sendero. A Conde-Pumpido se le reconoce una sólida base jurídica, subordinada a su querencia por el partido que ha colmado sus ambiciones profesionales. Encelado con Manuel Marchena, que le arrebató la presidencia de la Sala Segunda del Supremo, ahora devuelve el desaire destruyendo las sentencias de sus excompañeros del TS. Niega que haya malversación en el fraude de los ERE por parte de presidentes, consejeros y hasta...
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