Alemania fue durante décadas la bestia negra de España . Era un equipo que sólo verlo producía terror. Y eso que La Roja arrancó su ciclo de enfrentamientos con los germanos con un 1-2 ante 74.000 espectadores en un amistoso en el estadio del Colonia. El gran mito del Oviedo, el guipuzcoano Isidro Lángara , anotó las dos dianas. Es la última vez en la que se ha dado un triunfo de La Roja en este país. Lograrlo el viernes en Stuttgart supondría cambiar la historia 89 años después. Ese buen inicio dio paso a una frustración tras otra ante los alemanes. Desde ese año en el que Hitler gobernaba en Berlín, España y Alemania se midieron en siete partidos oficiales hasta el año 2000. El balance era demoledor para La Roja. Sólo un triunfo, dos empates, cuatro derrotas, cinco goles anotados y diez encajados. Pero el siglo XXI ha traído un cambio de lado en la tortilla. Hoy España es la bestia negra de Alemania. En este siglo ambos combinados se han medido en seis ocasiones en duelos oficiales. El balance es de tres triunfos para La Roja, dos empates, ninguna derrota, diez goles a favor y apenas dos en contra. El asunto se ha convertido en un punto de inquietud en el país anfitrión, en donde nadie duda en designar a España como el mejor equipo del torneo. Alemania no gana a La Roja en partido oficial desde la Euro'88 que los germanos organizaron. Aquel día se impusieron 2-0 con dos dianas de Rudi Völler . «Récord de terror contra España: la última victoria fue hace 36 años», titulaba ayer un periódico de Francfort. Hasta entonces, España apenas había disfrutado de una victoria ante los germanos, un recordado 1-0 logrado en el minuto 90 por el exjugador del Sporting y Real Madrid Antonio Maceda en la Eurocopa Francia'84. España se clasificó a aquel torneo con el célebre 12-1 a Malta y lo cerró como subcampeona. Alemania ha sido además testigo a su pesar de algunos momentos cumbres del fútbol español. La edad de oro arrancó con un triunfo ante este mismo equipo en la Euro'2008 con tanto del atlético Fernando Torres . Dos años después, los mismos contendientes se encontraron en las semifinales del Mundial de Sudáfrica . El memorable partido del grupo de Vicente del Bosque fue resuelto con el recordado cabezazo de Carles Puyol . De esa 'Mannschaft', sobreviven el portero Manuel Neuer y el centrocampista Toni Kroos, al que La Roja espera retirar el viernes. En noviembre de 2020 se produjo el resultado más sorprendente entre estas dos escuadras, un 6-0 en La Cartuja a puerta cerrada, una humillación que aún no ha cicatrizado en Alemania. Un periodista de un diario de Berlín le preguntó ayer por ese partido a Oyarzabal , autor de la última diana de La Roja. El atacante de la Real Sociedad fue diplomático. «Ha pasado mucho tiempo. No es justo ni sería bueno para nosotros sacar conclusiones de aquel día. Alemania es un grandísimo equipo. Va a ser un partido muy difícil, pero estamos tranquilos». Tras eliminar a Georgia y ser nombrado MVP del partido Rodri lanzó un aviso. A los anfitriones cruzarse con España les sabe mal. «Ellos juegan en casa, pero estoy convencido de que no están contentos de que les toquemos», aseguró el mediocentro del Manchester City. En Alemania crecen los nervios porque se asume que España es el hueso más duro de roer del torneo. Así se explica el intento de rebajar el potencial de La Roja que lanzó Jens Lehmann (Essen, 54 años), exportero 61 veces internacional con Alemania. «España es una selección pequeña e inexperta; básicamente, como un equipo juvenil». Lehmann participó en tres Mundiales y tres Euros con la Mannschaft. Sabe lo que es perder ante España. Era el portero de la selección germana al que Fernando Torres superó en la final de la Euro'2008. Comenzó su carrera en el Schalke 04, pasó por el Milan fugazmente y luego estuvo varios años en el Borussia Dortmund y el Arsenal, el club donde más títulos conquistó. Con 1,82 de media, España tiene con Portugal la menor estatura del torneo. Eso sí, Lehmann admite el potencial de La Roja. «En términos técnicos pueden ser mejor que nosotros en calidad, pero son inocentes», se esperanzó. Oyarzabal estuvo elegante en la respuesta. «No nos influye lo que puedan decir. Sabemos de lo que somos capaces»