Como con su carrera en la NBA,
Kemba Walker se va con la sensación de que el genial base que se hizo un mito en los
Charlotte Hornets podría haber hecho algo más en la Euroliga. El estadounidense anunció ayer su retirada a los
34 años tras jugar una temporada en el Mónaco, donde Walker no será especialmente recordado por la huella que dejó al contrario que su compatriota
Mike James. Seguir leyendo...