El Ayuntamiento de Córdoba trabaja en una escultura dedicada a Fernando III 'El Santo'

Aún latentes los ecos de la escultura dedicada a Antonio Gala en el Bulevar del Gran Capitán por el primer aniversario de su fallecimiento, el Ayuntamiento está trabajando ahora en colocar otra en homenaje a una figura histórica como Fernando III 'El Santo', muy determinante en el curso de la ciudad cuando en siglo XIII la tomó para acabar con cinco siglos de dominio musulmán. De momento hay pocos detalles oficiales al respecto pero sí la confirmación municipal de que se está ultimando este homenaje artístico, que podría tener, además, su ubicación en los alrededores del Alcázar de los Reyes Cristianos , una de las zonas más transitadas por el turismo que recala en Córdoba. La figura de Fernando III no está tan presente en el callejero cordobés. Apenas si una referencia escultórica en la iglesia de San Francisco , la gran talla en madera policromada del siglo XVIII que se conserva en la Capilla real de la Mezquita-Catedral -ahora mismo inmersa en una importante restauración por parte del Ministerio de Cultura; la calle que une Capitulares con la Ribera y el sello de las llamadas 'Iglesias Fernandinas' erigidas en la ciudad tras la conquista de éste el 29 de junio, del año 1236, tras seis meses de asedio. Desde aquel momento, la ciudad pasó a convertirse en la capital de la frontera con el reino de Granada. Fernando III le dio Fuero que permitió repoblar Córdoba y creó catorce barrios con otras tantas parroquias y cuatro conventos -las conocidas collaciones que se fueron desarrollando posteriormente-. El monarca residió en la ciudad hasta asegurar su defensa y, además, depositó a la Virgen de Linares como símbolo de su hito, que es, con mucho, la devoción mariana más antigua de las capitales andaluzas, por ser Córdoba la primera de ellas en ser reconquistada. La toma de Córdoba siempre ha despertado el interés de los historiadores , aunque en el relato histórico de la ciudad ocupa un lugar secundario. De hecho, no hay nada que la recuerde cuando llega su aniversario. En el siglo XIX, el escritor e ilustrado Luis María de las Casas Deza propuso que el 29 de junio se celebrase para siempre un acto de recordatorio de esta gesta del rey cristiano, con celebraciones civiles y religiosas. Aunque la idea fue bien recibida por las autoridades del momento, con el pasar de los años perdió fuerza. Días más tarde, entró en la ciudad el rey Fernando. Se celebró un nuevo oficio religioso en la Mezquita y luego tomó posesión del alcázar andalusí.