Entre la general intrascendencia de casi todos los miembros de
Inglaterra, errática durante toda la Eurocopa salvo instantes salvadores protagonizados por
Jude Bellingham, destaca la desaparición de un jugador clave en su club como
Bukayo Saka, que aún no ha sido relevante en ninguno los cuatro partidos y de quien se espera una reacción para dar la razón a la insistencia de
Gareth Southgate en su empeño por incluirle en el once.
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