La lluvia ha empezado a impactar en el programa de Wimbledon, cuando sólo se han disputado tres jornadas. El martes fueron dieciséis los partidos que no acabaron. La mitad, debido a la falta de luz natural. El resto se había ido cancelando durante la tarde en previsión a que el retraso era importante por las interrupciones causadas por la adversidad meteorológica.