Presentarse una semana antes a la oficina no suele ser habitual.
Míchel, con la ilusión intacta desde su llegada, ya prepara su cuarta temporada al frente del
Girona. Pocos -o nadie- se hubiesen imaginado que, al técnico vallecano, le bastarían tres temporadas para llegar a la Champions estando en Segunda cuando aterrizó en Montilivi.
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