En el partido de España vi a dos selecciones que empezaron el partido con miedo y priorizando no encajar a anotar. El gol de Francia fue una losa para ellos y la mejor noticia para España. Desde ese momento los de
Luis de la Fuente con un
Dani Olmo espectacular entre líneas y con Lamine Yamal con fogonazos brutales fue superior y dominó todos los registros. No hubo ni rastro de
Mbappé,
Dembelé y
Griezmann, que quedaron solapados por las largas posesiones de España y el temple de
Rodri, convertido en director de orquestra durante los noventa minutos de partido. El único que fue capaz de poner en apuros a la zaga de la Roja fue Barcola, que percutió por la izquierda una y otra vez y puso el corazón en un puño de todos los españoles.
Seguir leyendo...