Romper con todo para volver a empezar, volver a nacer. Así es como se siente a sus ya 34 años
Klay Thompson, que siguió sus instintos y sus inquietudes de probar una vida lejos de la Bahía por primera vez y firmó por los
Dallas Mavericks en vez de quedarse en unos Warriors donde todos, incluido
Stephen Curry, se morían por renovarle.
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