Boticaria García da la clave sobre cada cuánto tiempo hay que cambiar el estropajo de la cocina
Mantener limpio el hogar es fundamental tanto para la salud física como para el bienestar emocional de sus habitantes. Un entorno limpio y ordenado reduce significativamente la presencia de alérgenos, bacterias y virus, disminuyendo así el riesgo de enfermedades y alergias. La limpieza regular previene la acumulación de polvo, moho y otros patógenos que pueden afectar negativamente la salud respiratoria y general. Además de que vivir en un espacio limpio y organizado contribuye a una mejor calidad de vida, ya que reduce el estrés y la ansiedad, promoviendo una sensación de tranquilidad y satisfacción.
Inculcar hábitos de limpieza en los miembros de la familia ayuda a desarrollar habilidades de auto-disciplina y organización que serán útiles a lo largo de la vida. Además, la colaboración en las tareas del hogar es esencial para poder organizarse en las labores de limpieza y, así, estar al día con las tareas del hogar. En este sentido, Boticaria García ha remarcado la necesidad de cambiar frecuentemente utensilios tan importantes en el hogar como, por ejemplo, el estropajo de la cocina, algo que asegura "nadie hace bien".
Cada cuánto hay que cambiar el estropajo
En cada hogar se tienen unas costumbres diferentes, pero algo que hay en todas las casas es un estropajo. Sin embargo, son múltiples las dudas que se tienen en cuanto a la frecuencia con la que hay que cambiar este utensilio de limpieza en la cocina y, por ello, Boticaria García ha revelado este misterio.
La nutricionista ha destacado la importancia de cambiar los estropajos de cocina cada dos semanas para mantener una higiene adecuada en este espacio del hogar. Así, ha enfatizado que debido a su superficie porosa y la humedad constante, los estropajos se convierten en un foco de bacterias que pueden propagarse fácilmente a los alimentos, causando intoxicaciones alimentarias.
En este sentido, García ha resaltado que cambiar el estropajo es fundamental, ya que ni hervirlo ni limpiarlo con lejía elimina por completo las bacterias acumuladas. Además, ha recomendado seguir otras medidas de seguridad para prevenir la contaminación cruzada, como lavarse las manos con frecuencia, separar los alimentos crudos de los cocinados, usar diferentes utensilios para cada tipo de alimento y limpiar todas las superficies antes de usarlas.