La flor que crece en Sudamérica y valía mucho más que el oro: arruinó la economía de un país europeo
¡El bitcoin del siglo XVII! En una región de Sudamérica crece una flor cuya belleza y rareza la convirtieron en un símbolo de lujo y opulencia en la antigua Europa: los tulipanes. Los extravagantes, intensos y aleatorios colores de sus pétalos incrementaron su valor monetario, superando incluso a la del oro. Aunque esta 'moda' por tener los más bellos bulbos de dicha planta inició en la alta burguesía de los Países Bajos, en poco tiempo saltó al mercado de la clase media y baja.
Pobladores neerlandeses intercambiaban los bulbos de tulipanes por otros bienes materiales de alto valor, como toneladas de mantequilla hasta mansiones, mientras que otros se endeudaron de por vida con el fin de participar en el mercado del tulipán. Sin embargo, según algunos expertos, el deseo de poseer las más extravagantes capullos de esta flor arruinó la economía del país, ocasionando la primera gran burbuja especulativa financiera en la historia.
Los tulipanes, el bitcoin del siglo XVII, en Europa
A mediados del siglo XVI, el tulipán llegó a Europa por comercio de Turquía. Solo la alta burguesía adquiría esta flor para adornar los jardines de sus palacios. Esta costumbre se expandió por los territorios del viejo continente, convirtiéndose en uno de los elementos más codiciados por la clase adinerada. Fue en los Países Bajos donde esta flor llegó a su ‘cúspide más alta’ en términos monetarios.
Las óptimas condiciones climatológicas y geológicas de la región neerlandesa hicieron que los tulipanes germinen con colores extravagantes e intensos en sus pétalos. Aunque durante las tres primeras décadas del siglo XVI el tulipán fue incrementando su precio, en el año 1630, el mercado de los bulbos de esta flor saltó a la clase medias y baja.
Mientras más extravagante era el tulipán, era más demandada en el mercado, por lo que valor se incrementó llegando a valer más que el oro. Algunos registros documentales sugieren que, para poder conseguir unos cuantos capullos de esta planta, muchos pobladores intercambiaban sus valiosos bienes materiales como mansiones, cerdos, toneladas de mantequillas y hasta fábricas de cerveza.
La crisis de los tulipanes
Dado que los tulipanes crecían en temporadas de verano y primavera, los residentes adquirían pagarés con el fin de obtener uno de los capullos que florecerían el año siguiente. Sin embargo, al alcanzar su punto más alto, en febrero de 1637, el valor del tulipán descendió estrepitosamente en casi un 100%.
Esta gran burbuja especulativa ocasionó que miles de pobladores, tanto de la clase media y baja, perdieran sus propiedades. Aunque algunos investigadores sostienen que esta 'tulipomanía' causó estragos en la economía de los Países Bajos, otros sugieren que no afectó a la región neerlandesa.
Actualmente, la 'manía de los tulipanes', flor que también crece en el país de Argentina, suele citarse como ejemplo clásico de cómo la especulación descontrolada puede traer consecuencias en una economía.