Manuela se levanta todos los días a las ocho y a lo largo de la mañana abre el frigorífico de su casa cinco veces. En los últimos dos días, sin embargo, algo ha cambiado en sus patrones de comportamiento: se levanta mucho más tarde, tiene menos movimiento y, entre otras cuestiones, abre menos la nevera. Los datos, procesados a través de la nueva teleasistencia avanzada que pondrá en marcha la Comunidad de Madrid de manera inminente, dan un aviso a los servicios sociales, que se pondrán en contacto con la mujer para constatar que todo va bien o hay algún problema. La Comunidad de Madrid se prepara para una auténtica revolución en los servicios de teleasistencia a domicilio, que ahora mismo benefician a 76.000 personas, pero que está previsto que lleguen a las cien mil en un futuro próximo. A través de la Consejería de Asuntos Sociales, este mes de julio empezarán a instalarse un total de 400.000 equipos de teleasistencia avanzada para dependientes, con una inversión de 82,4 millones de euros para todo el proyecto. Este recursos beneficia a personas mayores o con discapacidad en situación de dependencia que viven en su domicilio, pero que necesitan una supervisión en remoto permanente para prevenir incidentes domésticos. También permite actuaciones profesionales en cuestiones sanitarias, sociales y otras actividades cotidianas. En 15 días se iniciará la entrega de los nuevos terminales a las empresas adjudicatarias que prestarán este servicio, organizado en cuatro áreas geográficas (norte, sur, este y oeste) de la región, según explicó la consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, Ana Dávila. La teleasistencia avanzada estará controlada por 450 profesionales y unidades móviles, que se desplazarán a los domicilios ante cualquier incidencia que se detecte, en coordinación con otros recursos públicos, privados o familiares. Los equipos contarán con nuevos perfiles profesionales, incluidos psicólogos, personal de enfermería, terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas. Se realizarán valoraciones individualizadas de cada persona dependiente, y una intervención y seguimiento personal en aspectos físicos, psicológicos y sociales. Un total de 39,3 millones euros procedentes de los fondos europeos se dedicaron a la compra de 320.000 nuevos dispositivos, entre terminales fijos y móviles que permiten la geolocalización y la comunicación desde cualquier lugar. Se incluye toda la gama de periféricos funcionales, como detectores de movimiento, actividad, caídas, sensores magnéticos de puertas (del domicilio, del microondas, del frigorífico...) y los periféricos de seguridad, como detectores de fuego, humo o gas. El número de dispositivos que tenga cada persona dependerá de sus propias necesidades. En los nuevos equipos también hay dispensadores de medicación, además de tabletas y adaptadores auditivos y visuales para personas con alguna discapacidad sensoria. Esa dotación se ampliará ahora con la compra de otros 87.000, por un valor de 7,5 millones de los fondos europeos. De esa manera se superarán los 400.000 dispositivos. Este mes de agosto se estrenan las primeras pruebas con 250 personas dependientes de dos de las novedades: la dispensación automática de medicación y el control de actividad en la vivienda. Será una prueba piloto, antes de que se extiende todo el sistema y se vayan retirando de manera progresiva los dispositivos analógicos. Los nuevos dispositivos digitales ofrecen unas posibilidades que, gracias a la inteligencia artificial, puede tener un recorrido aún sin explorar. Por eso, la Consejería de Asuntos Sociales trabaja junto a la de Digitalización en el desarrollo de una plataforma, para la que se invertirán dos millones de euros, que explorará todas las opciones posibles. Se creará, además, un centro virtual que permitirá la formación de los cuidadores y de las personas en situación de dependencia. Los asistentes personas que acompañarán a las personas con dependencia deberá acreditar 150 horas de experiencia o 50 horas de formación especializada.