Alcaraz, el mejor al resto en Wimbledon, contra Medvedev: las claves de la semifinal
“Siempre es la pregunta. ¿No saqué suficientemente bien o es que Carlos estuvo espectacular al resto?”, reflexionaba Daniil Medvedev sobre la semifinal de 2023 en Wimbledon en la que Alcaraz le superó con mucha claridad. El español tuvo 14 oportunidades de break y logró seis; muchas teniendo en cuenta que se juega en hierba y que fueron tres sets.
Los mismos rivales y en la misma ronda se enfrentan de nuevo un año después, con el objetivo de llegar al último partido en el All England Club. “Tengo que sacar mejor. Es lo más importante en hierba, sacar bien, poner “aces” y servicios a la línea para sentirte mejor y tener menos problemas. Así es como luego puedes presionar”, continuaba el ruso. Sobre césped más que en ninguna otra superficie es determinante el primer golpe para poder mandar. Primer golpe es el saque, pero también, al otro lado, el resto, y ahí Alcaraz ha seguido demostrando su poderío en esta edición. Tal vez de forma menos evidente que hace un año, cuando sorprendía en cada ronda con los restos directos, sobre todo de revés, que dejaban a los contrarios sin respuesta, pero los números vuelven a colocarlo por delante.
Alcaraz, el mejor al resto
De los cuatro semifinalistas, el murciano es el que más juegos al resto ha ganado (30; mientras que Medvedev ha logrado 18 y, en la otra semifinal, Djokovic 16 y Musetti 27) y el que más porcentaje de puntos se ha llevado contra el saque del rival: 238/579, un 41,10 por ciento (Medvedev, 203/547, 37,11; Djokovic, 168/431, 38,97; y Musetti, 288/731, 39,39). También el español es el que más ganadores directos de resto ha conseguido: 12 (Medvedev, 9; Djokovic, 6; Musetti, 1).
Las claves del resto
La clave del resto no es la capacidad de reacción. “Esta viene vinculada mucho al desarrollo y la maduración del sistema nervioso y a partir de los 10-12 años queda cerrado. La velocidad del impulso nervioso no se modifica, 85-90 por ciento viene a nivel genético”, explica Manuel Moya, que ha sido preparador físico de tenistas como Almagro o Ramírez Hidalgo y que ahora es profesor en la Universidad Miguel Hernández de Elche. “Lo que se mejora es el tiempo de respuesta a partir de la lectura de preíndices. Los buenos, son capaces de leer la posición del cuerpo del contrario, de la raqueta, la altura de la bola... para saber dónde va a tirar, y se mueven antes, en la dirección apropiada y con el gesto más adaptado para conseguir ventaja. Los grandes restadores lo que tienen es mucha facilidad para adelantar la respuesta. De antemano, tienen una visión muy rápida de cómo va a ir el gesto y dónde aproximadamente va a ir la bola. Esto es lo que se llama entrenamientos de preíndices, es decir, toma de decisiones rápidas. Esto sí que se puede entrenar, lo que hace que se acorte el tiempo de respuesta, porque se anticipan esas respuestas”, continúa.
Conocer al rival
Parte de ese trabajo, por supuesto, es el estudio de los rivales. “Los preíndices son diferentes dependiendo del contrario. Entonces es muy habitual el estudio entre los 100 o 150 primeros del mundo. Cuanto más te acercas al 'top 50', más”, prosigue Moya. Andre Agassi perdió contra Boris Becker las tres primeras veces que se enfrentaron y a base de ver vídeos del alemán encontró un patrón para saber la dirección en la iba a sacar, como confesó años después: en función de dónde colocaba la lengua, sabía si el servicio iba a ser abierto o más centrado. Desde ahí, el balance fue de diez victorias por una derrota del estadounidense. Agassi se lo confesó cuando se habían retirado, y Becker admitió que en casa decía: “Es como si me leyera la mente”.
Medvedev, una pared
Intuición, entrenamiento y estudio. Por ese camino, Alcaraz tratará de volver a adelantarse a lo que puede llegar del servicio de Medvedev para seguir en la lucha por revalidar el título en la Catedral del tenis. Después, si la bola ya se pone en juego y empieza el peloteo, Carlos sabe lo que le espera: “Daniil es como una pared, cada bola que pego, regresa. Puedo hacer un tiro increíble y la bola vuelve”, afirma. La solidez del ruso, que ya derribó en cuartos a Sinner, el número uno del mundo, se mide a la variedad del español, que suele utilizar mucho las dejadas ante un rival que se coloca tan atrás. “Sabemos cómo hay que intentar jugarle a Medvedev, pero todos los partidos son diferentes como para pensar que va a ser igual que el del año pasado. Seguro que va a intentar algo distinto. Después de Wimbledon, nos ganó en el US Open”, advierte Juan Carlos Ferrero.