Biden, contra las cuerdas: el optimista Sánchez, el sarcástico Trump y otras claves de un presidente convertido en meme
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha desaprovechado este jueves una de sus últimas oportunidades para dar la vuelta a la creciente campaña que le pide retirarse de la carrera electoral antes sus evidentes muestras de deterioro físico. Lo que debía haber sido una cumbre de la OTAN para levantar el vuelo de su campaña tras su desastroso debate contra Trump en la CNN se ha convertido precisamente en todo lo contrario por culpa de los nuevos deslices del presidente.
Y eso que en la Casa Blanca hacen todo lo posible por tener la situación "atada y bien atada". La de ayer fue de hecho la primera vez que Biden aceptaba preguntas de la prensa en solitario desde noviembre de año pasado. De hecho, es el presidente que menos conferencias de prensa ha dado desde Ronald Reagan, como solo 55. Su predecesor, Trump, dio 202 y el expresidente Barack Obama, 275, según el recuento que hizo el diario The New York Times.
Pero, ¿qué ha ocurrido para que Biden esté ahora más cuestionado que nunca y no haya sido capaz de acallar las dudas sobre su estado de salud? Estos son los tres principales frentes que tiene abiertos por el momento:
1. El apoyo formal de los líderes (de momento)
El equipo de Joe Biden había preparado la cumbre del 75 aniversario de la OTAN en Washington con un indisimulado propósito: aprovechar el escaparate para reivindicar al candidato demócrata ante su partido, su país y el mundo. Pero una apuesta tan arriesgada como condicionar una cumbre de tanta relevancia (con la invasión de Ucrania como telón de fondo) para un objetivo doméstico se ha vuelto en su contra.
De cara a la galería, la cita ha servido para que los líderes mundiales le echen un capote, aunque ciertamente con entusiasmo desigual. Un ejemplo es el del presidente español, Pedro Sánchez, que asegura que ha visto "bien" a su homólogo estadounidense. El matiz, como siempre, viene después, y es doble: su apoyo se debe a que en cualquiera de los casos le prefiere antes que a Trump y corresponde al Partido Demócrata y al propio Biden decidir si sigue adelante en la carrera hacia la Casa Blanca.
Uno de sus principales apoyos es el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, presente en la cumbre, y con quien Biden tuvo el desafortunado traspiés de confundirle nada más y nada menos que con Vladimir Putin. La jugada no le ha podido salir peor a la Casa Blanca. Parece evidente que los líderes mundiales le prestarán apoyo a Biden por pura corrección diplomática, pero que acogerán con entusiasmo un relevo si este se produce.
2. El sarcasmo de Trump y la crueldad de las redes sociales
La desafortunada rueda de prensa tras la cumbre de la OTAN, en la que además Biden confundió a su vicepresidenta, Kamala Harris, con Trump, fue aprovechada como era de esperar por el rival republicano, que no esperó ni siquiera la comparecencia para burlarse de Biden en su red social. "Qué gran trabajo, Joe", escribió el republicano junto a un pequeño vídeo que muestra el momento en el que confunció a Kamala Harris con Trump.
"El corrupto de Joe tiene un caso grave del síndrome del trastorno Trump", escribió el político y se refirió a las declaraciones de Biden como una "rueda de prensa de hombrecito".
La equivocación volvió a convertir a Biden en tendencia en las redes sociales, que han hecho sangre de los problemas del presidente para sacar adelante una rueda de prensa sin sobresaltos.
Sin duda alguna, para un político que ostenta un cargo tan importante como el de presidente de Estados Unidos verse sometido al escarnio permanente de las redes sociales es un desgaste difícil de sobrellevar (salvo, por supuesto, que seas Donald Trump).
3. Una cascada de peticiones en su propio partido
Posiblemente, la prueba más elocuente de que a Biden se le está moviendo la tierra bajo sus pies es que el movimiento interno para pedir su retirada es ya imparable después de que The New York Times, The Washington Post, la líder demócrata Nancy Pelosi y el actor George Clooney, devoto partidario del Partido Demócrata, abrieran la campaña pública para agradecer los servicios prestados a Biden y pedirle su marcha.
Como ocurre siempre en estos casos, las críticas públicas son solo la punta del iceberg, pero todo apunta a que en los próximos días va a asomar mucho más que una pequeña parte del bloque de hielo contra el presidente.
De momento son ya 17 los congresistas de su partido que han aprovechado las columnas de los periódicos o las tribunas de las redes sociales para pedir al presidente que deje paso a otro aspirante más joven y, sobre todo, con más energías. Además, según ha adelantado la CBS, docenas de legisladores de su partido están pergeñando una acción coordinada para pedir la retirada del presidente.
Entre los que han dado un paso adelante públicamente para pedir la cabeza del presidente está Jim Himes, el demócrata de más alto rango en el comité de Inteligencia de la Cámara Baja.