Icónica Santalucía Sevilla Fest vibra con la gran noche de Arcade Fire, !!! (Chk, Chk, Chk) y Orbital

Como si se tratase de la oscarizada obra de Sydney Pollack 'Danzad, danzad, malditos' Icónica Santalucía Sevilla Fest vivió este viernes 12 de julio un auténtico maratón de baile que se prolongó hasta bien entrada la madrugada. Uno de los momentos cúlmenes de esta edición con la puesta en escena de tres de los máximos exponentes de la música actual: Arcade Fire , Orbital y !!! (Chk Chk Chk) . Cada uno con su estilo, cada cual con sus himnos como emblemas del line-up más alternativo de esta cuarta edición del festival. Poco antes de las ocho de la tarde se abrieron las puertas del monumento de Aníbal González para que el numeroso y dispar público de esta calurosa noche inundara poco a poco la Plaza de España. Y el gran momento llegó minutos antes de las nueve de la noche cuando el sol aún resistía en el escenario y aparecieron los californianos !!! (Chk Chk Chk) , la exclamación del dance-punk, que con su carismática presencia abrieron una noche en la que el público no paró de bailar los ritmos contagiosos desde los primeros compases de 'A little bit (more)' , 'Panama canal' o 'All u writers' , en los que su líder e incombustible vocalista, Nic Offer, no dudó en bajar del escenario y bailar con el público en una performance que alcanzó su punto más álgido con la versión en español de 'Un puente' . «¿Sevilla podemos cantar en castellano?», preguntó para presentar el tema que el público coreo con desparpajo y que concluyó con un «gracias Sevilla» . Y en el mismo tono continuó Offer todo el concierto, cantando y bailando en la pista mientras que la banda confirmaba que cada vez están más cercanos al funk del siglo XXI y más alejados de la electrónica a lo que contribuye sin duda la vocalista, que acompañó a Offer en todos los temas que fueron encadenando y que dejaron a los presentes sin aliento a pesar de que el show, a ratos gamberro, no alcanzó la hora de duración. Sí que dejaron buen sabor de boca los clásicos 'Man on the moon' , 'Byron' o 'Our love' con los que finalizó el concierto que dibujó una sonrisa de oreja a oreja gracias a su directo extenuante. Su capacidad para combinar elementos del punk y la música de baile confirma que cada uno de sus conciertos es una experiencia única y electrizante. Pero la noche no había hecho más que empezar cuando justo a la hora prevista (22,30 horas) Arcade Fire sacudió la Plaza de España con 'Age of anxiety II (rabbit hole)' entre un colorido juego de luces Win Butler saludaba en español «¡Sevilla!» y el público hacía los coros mientras el vocalista, a modo de reconocimiento, hacía equilibrismo sobre la fuente central de la plaza. Butler, vistiendo una camisa de color rojo en composé con su banda, inquieto y sonriente, el músico de 44 años no paró un segundo de moverse a lo largo del escenario y de virar orgánicamente de la guitarra, al bajo y al piano y durante todo el concierto estuvo con su habitual cambio de instrumentos. Los miembros de Arcade Fire no pararon quietos en el escenario con un concierto que pertenece a la gira de presentación de su último trabajo discográfico llamado «We» , que es el sexto álbum de estudio que la banda canadiense, formada en el año 2001. Han ganado varios premios, entre ellos el prestigioso Grammy al Álbum del Año en 2011, además de múltiples Juno Awards y Brit Awards. 'Creature comfort' y 'Reflektor' fueron los grandes momentos de la parte central del concierto y 'Afterlife' transportó a los presentes a un viaje astral mientras la pantalla, que hacía de fondo del escenario, proyectaba un hermoso firmamento repleto de estrellas instante en el que Butler se refugiaba entre sus seguidores. Con 'Neighborhood #1 (tunnels)' y 'Neighborhood #3' (power out) Arcade Fire puso un marco mágico a la noche que ya comenzaba a perder los rigores de la canícula y la conexión con el público fue total -una vez solventados unos pequeños problemas con el sonido-. Continuaron con uno de sus grandes éxitos 'The suburbs', momento que Regine Chassagne aprovechó para saltar a la batería. 'No cars go' fue otro de los himnos más coreados de la noche y con 'Haiti' , Chassagne, el otro pilar fundamental de Arcade Fire y esposa de Butler, se lució de manera pletórica en una interpretación emotiva y desgarradora. El gran éxito de 'Ready to start' trajo de vuelta el sonido clásico de la banda, que rozó la perfección de videoclip con su impecable puesta en escena. La recta final del show fue predecible con 'Everything now' y 'Wake up' que pusieron el broche de oro al ser coreada por todos los asistentes del espectáculo que Butler despidió con un agradecimiento: «Muchísimas gracias». En el concierto, los de Montreal triunfaron con un gran puesta en escena en la que han demostrado su capacidad en directo, en el que su música gana potencia y contundencia rockera y pierde el tono épico y lírico de sus grabaciones en estudio. Un show impactante, grandilocuente, y sumamente enérgico. Un viaje por algunos de los temas más entrañables de su catálogo aunque seguro que para los fanáticos, siempre faltará alguna. Butler y compañía celebraron en Sevilla su comunión con la ciudad para sus más acérrimos seguidores. El dúo británico de los hermanos Phil y Paul Hartnoll, conocidos como Orbital fueron los encargados de concluir la maratoniana noche de baile que se vivió en la Palza de España y pasada la una de la madrugada comenzaron con el show de la gira de su último álbum de estudio, 'Optical Delusion' . Veteranos de las pistas de baile, Orbital es uno de los destacados referentes de la escena británica de los años 90, máximos exponentes del tecno han tendido puentes con otros estilos y popularizado la electrónica con sus actuaciones en directo. Han sido fundamentales en la evolución de la música electrónica desde su debut en 1989. Con clásicos como 'Chime'; y 'Belfast', han influido en generaciones de artistas y fanáticos, consolidando su lugar en la historia de la música electrónica. En su show de este viernes no faltaron sus hits más bailables como 'Dirty Rat', 'Satan', 'Home. Sin excusas para no parar de bailar.