La ruptura de Vox con el PP desbarata el plan de Sánchez de desgastar a Feijóo
El Gobierno tomó precauciones hasta confirmarse la ruptura de Vox con el PP. En el entorno presidencial evitaban valoraciones hasta que se consumó la crisis y fuera de los focos aseguraban que no le darían credibilidad hasta que no se ratificara la decisión de Santiago Abascal. Lo hacían, en parte, con la esperanza de que la separación no fuera tal y poder seguir urdiendo su estrategia de equiparar al PP con Vox. Un plan, ahora, casi oxidado.
Fue sintomático que, hasta que el presidente del Gobierno no se pronunció desde Estados Unidos, a medianoche del viernes, ningún ministro reaccionara a la crisis. El presidente marcó la estela celebrando la salida de Vox: «España es hoy un país mejor, y, por tanto, no puedo ocultar mi alegría y mi felicidad», aseguraba.
Sin embargo, ahora el Ejecutivo ve desbaratado su plan de desgastar al principal líder de la oposición por sus relaciones con los de Santiago Abascal. Sánchez y sus ministros han exigido desde el minuto uno al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo que rompiera sus acuerdos con Vox, todo a la vez que equiparaba a ambas fuerzas siempre que tenía oportunidad. La frase mantra del Ejecutivo era la de decir que el PP «cada día se parecía más a la ultraderecha» –a pesar de que el PP ha votado en contra de las iniciativas más ideológicas de Vox en el Congreso– o que Feijóo se «abrazaba» a Vox cuando esta semana se ha impuesto la realidad. Los populares han dado el visto bueno a la acogida de inmigrantes, mientras que Vox lo ha rechazado y ello ha provocado la fisura entre ambos partidos.
Aun así, en el Ejecutivo todavía guardan una carta, que es la de exigir a los populares a romper las políticas aprobadas en sus gobiernos a instancias de Vox, como en materia de memoria democrática, por ejemplo, al igual que a romper las alianzas en 140 ayuntamientos. «Romper amarras definitivamente con la ultraderecha», reclaman. Algo que, de momento, el líder popular ha descartado. Para el Gobierno, la «prueba del algodón» será cuando lleven al Congreso de los Diputados la reforma de la Ley de Extranjería. Exigen a los populares que apoyen la modificación como muestra del «cambio».
Pero, a la vez, el Ejecutivo tratará de poner a prueba a los populares en las comunidades en las que ya no tienen mayoría por la decisión de Vox de salir de los ejecutivos y pasar a la oposición, aunque la portavoz del Ejecutivo nacional, Pilar Alegría, prometió que los socialistas harán una oposición «constructiva» y «responsable». De momento, tanto los líderes autonómicos afectados como el propio Feijóo han garantizado estabilidad y buscar consensos en sus respectivos parlamentos para llegar a acuerdos. Además, las cinco comunidades de las que ha salido Vox cuentan ya con los presupuestos regionales aprobados, por lo que, pueden continuar gobernando sin sobresaltos. Ante esta «prueba» de los socialistas, el PP contrarrestará este discurso, y recordará a Sánchez que ellos también gobiernan en España en minoría y con socios inestables, como se demuestra en cada votación.