“Cu-cu-rella, Cu-cu-rella” y nadie deja de cantar en la grada del Olímpico de Berlín donde la afición española se hace gigante, enorme, envolvente, brutal. “Cu-cu-rella” rindiendo pleitesía a la gran sorpresa de este torneo. porque sí,
Lamine Yamal es el elegido, el llamado a protagonizar la próxima década, el niño que ha sorprendido al mundo con su desparpajo y naturalidad siendo un crack. Pero
Cucurella es el alma de una selección que se ha convertido en el equipo del pueblo.
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