Un sólo disco, 14 canciones, y se acabó. Como un amor de verano inflamado por la pasión y ahogado por los primeros vientos de septiembre, Javier Aramburu e Iñaki Gametxogoikoetxea tocaron el cielo del pop español a principios de los noventa y, del mismo modo que llegaron, desaparecieron. Héroes románticos y estrellas fugaces, los donostiarras reinventaron la lírica del desamor entre cajas de ritmos, líneas de bajo y guiños a New Order. «Se puede hacer un disco de pop y amor sin caer en los tópicos y sin que tenga nada que ver con otros discos de pop y de amor llenos de evidencias», dejaría dicho Aramburu. Como muestra, 'El bello verano', canción que, aún hoy, suena a nostalgia por...
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