Las cuestiones políticas sobre el cierre de la central nuclear de Almaraz discurren en paralelo a la actividad empresarial. La propiedad de la planta extremeña se la reparten entre Iberdrola (52%), Endesa (36%) y Naturgy (11%). La gasista presidida por Francisco Reynés ha sido muy clara con respecto a sus aspiraciones nucleares. A principios de año, el máximo directivo de Naturgy aseguró que no era necesario prorrogar la vida útil de las centrales nucleares. Barriendo para su negocio, Reynés expuso que si el sistema eléctrico necesita una tecnología de respaldo para apoyar a las renovables –que serán el futuro– estaban los ciclos combinados de gas. Con la gasista en una posición de indiferencia ante el futuro nuclear, todo el debate...
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