Las altas temperaturas también pueden afectar a tu moto, en concreto, a cuatro de sus componentes que más se pueden dañar durante esta época, originando averías que en algunos casos pueden llegar a los 6.000 euros. Una gran parte de las motos que se comercializan en la actualidad poseen un sistema de refrigeración que, mediante un líquido, regula la temperatura de funcionamiento del motor. Ese líquido se denomina refrigerante y circula por un circuito, formado por tubos y conductos, cuyo objetivo es mantener el propulsor a una temperatura óptima durante su funcionamiento y garantizar la fiabilidad. En el caso de las motos, si falta dicho líquido porque el depósito que lo contiene o el circuito presenta algún tipo de fuga, el motor se puede calentar o «gripar», lo que implica su sustitución, cuyo coste puede variar entre los 1.000 y los 6.000 euros, según Euromaster. El polvo y otro tipo de partículas en suspensión pueden suponer un riesgo para la moto, así como el salitre y los granos de arena de la playa tan típicos y habituales en los lugares próximos al mar. De hecho, estas impurezas pueden llegar a obstruir el filtro del aire del motor. En ciertos casos, este filtro está tan obstruido que puede llegar a afectar al funcionamiento del motor, llegando incluso a ser necesaria su sustitución, lo que implica una factura de entre 1.000 y 6.000 euros. La transmisión por cadena es común sobre todo en motos de gran cilindrada, las más usadas para hacer largas rutas durante el verano. Dentro de la transmisión por cadena, tanto la cadena como los piñones de la moto se desgastan con el uso, pero su desgaste será prematuro si no está bien engrasada. En este caso, se recomienda engrasar cada 300-500 km, tenerla siempre limpia y siempre tras circular con lluvia. En el caso de que se acumule suciedad, arena o tierra puede quedar en su superficie una especie de pasta que puede llegar a dañar todo el kit de transmisión. Aquí, la sustitución de este sistema implica un coste económico que varía entre los 100 y los 400 euros. En condiciones climatológicas de altas temperaturas, si no revisamos las presiones de tus neumáticos, suelen rodar con un exceso de presión, deformándose su superficie al haber menos goma en contacto con el asfalto. Además, la adherencia también es menor, lo que implica un más que evidente riesgo de accidente.