Tenía que ser
Mikel Oyarzabal. El guion estaba escrito antes de que sucediera. Actor secundario, soldado de
Luis de la Fuente y, ahora, héroe de todo un país. Un tanto en los momentos finales para poner a
España en lo alto de la tabla de ganadores de la
Eurocopa en solitario y, para ser sinceros, una historia que le debía el fútbol.
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