Los cálculos hablan de que se podrían crear en España unos 100.000 puestos de trabajo relacionados con la sostenibilidad antes de 2030. Sin embargo, y aunque el cambio estructural parece inminente e hasta inevitable, todavía hay lagunas importantes: según el Foro Económico Mundial, solo el 13% de los profesionales cuenta con las habilidades y conocimientos que requieren los trabajos verdes. ¿Estamos entonces ante una inminente paradoja? Belén Viloria, directora ejecutiva de B Lab Spain —la organización sin ánimo de lucro que crea estándares de impacto para empresas y que se conecta con la comunidad B Corp—, puntualiza un dato. «Hablamos de empleos verdes y de empleos relacionados con la sostenibilidad, porque son diferentes», señala. Si solo se hablase de lo verde se olvidarían todas las otras caras de la sostenibilidad, donde entran cuestiones como «la parte social». La transición requiere muchas más patas. «Cuando se pone el foco en la sostenibilidad, es una evolución», sintetiza. Se les pide a las compañías que cambien y que lo hagan de manera transversal. «Si una empresa evoluciona, también los puestos de trabajo tienen evolucionar», explica. Hay que trabajar en todas las áreas de la corporación y en todos sus impactos. «El camino hacia la buena sostenibilidad tiene que estar en la estrategia a nivel transversal, no a nivel vertical», defiende. Y en esta transformación hay muchas oportunidades, también en el empleo. -La industria de las renovables en España tiene problemas para cubrir vacantes porque no hay profesionales. ¿Por qué hay esta brecha entre lo que necesita la transición verde y lo que se encuentra en el mercado laboral? -El modelo clásico de economía ha llevado a que la formación y la educación se mantuviera en ese modelo clásico también. Mientras el económico va evolucionando y va variando, a nivel de formación y de educación no se ha cambiado. No se ha evolucionado al mismo ritmo. La empresa ha ido bastante más rápida. Y eso que aún nos queda. A nivel de educativo, muchos de estos líderes que hoy están -y estamos- en el mundo de la sostenibilidad hemos tenido que buscarnos, digamos por nuestra cuenta, esa esa información adicional. El modelo sigue siendo el clásico de la economía. Ya se va incorporando tanto a universidades como a como a escuelas de negocio, pero todavía queda muchísimo camino. Hay muy pocos lugares donde la sostenibilidad se entiende como estrategia, como transversalidad dentro de la organización. Se entiende todavía de manera muy vertical. Estamos impulsando también que esto vaya variando. También hay otra faceta en formación: una cosa es la parte técnica, otra la de gestión. Y en esa gestión transversal es necesaria la formación en valores, porque tiene mucho que ver cuando hablamos de sostenibilidad. El generar un legado, tener en cuenta a las personas y al planeta. Esa parte de formación hay que volverla a poner en valor, nunca mejor dicho, porque realmente hoy falta, se ha deshumanizado en las últimas décadas incluso la economía y en general la sociedad. Todo va a la par. Hay que volver a humanizar la economía. -Sobre la deshumanización de la economía: esto no es solo una cuestión de aprender, por ejemplo, economía circular. ¿Es algo más holístico? -Hay que creérselo y tener compromiso, porque en realidad va más allá de la parte de «vengo a algún trabajo y me voy», si no es «vengo a un trabajo, contribuyo y me siento parte de la empresa». Eso es un cambio de mentalidad total. Lo vemos en muchos jóvenes que ya piensan más en el propósito. ¿Nosotros como personas a qué dedicamos nuestro tiempo? Tiene que ser no solamente un tiempo para conseguir una partida económica, sino que tiene que estar dedicado a contribuir a sentirnos bien, a sentirnos parte y a estar orgullosos de lo que hacemos. Eso, al final, significa compromiso. -¿Cómo se logran esas habilidades que faltan? -Incidir en la en la educación y en la formación y esto de manera práctica, no con teoría. Hay muchas empresas B Corp que lo demuestran. Para mí, es compartir constantemente ese conocimiento para que el propio entorno educativo, acelere esa esa evolución. Estamos poniendo todos mucho empeño en hacer esa ese, ese compartir el conocimiento en el movimiento B Corp. -¿Y dentro de la empresa? ¿Qué pasa con los trabajadores que ya está ahí? ¿Debe existir una formación continua? -Claro, de hecho, eso es parte de compromiso de sostenibilidad de las empresas que están en camino, la buena sostenibilidad. Las empresas B Corp tienen indicadores que lo demuestran. Tienen el compromiso de beneficiar de la misma manera y al mismo nivel, e incluso a veces por delante de los accionistas, a sus empleados, a los clientes, a las comunidades donde operan y al medio ambiente. Esas prácticas crean esas políticas de desarrollo profesional, personal y profesional que tienen para sus trabajadores, no solo en valores sino también en capacitación. Imagínate si todas las empresas hicieran eso. Sería una manera magnífica de que todos nos desarrolláramos hacia el buen camino, que todos desarrollamos más habilidades y capacidades. -¿Cuáles son los riesgos para las empresas de quedarse a medio camino? -Se van a quedar fuera. No les va a quedar más remedio que hacerlo en algunos casos, por todas las directivas y por toda la regulación que se están desarrollando tanto en Europa como en España. Hay ciertos aspectos que no van a poder no hacer. El riesgo es que cuando lleguen esas legislaciones no estén preparados. Pero, a parte, hay otros [riesgos]. Ya demandamos como consumidores ciertas conductas. Cada vez somos más exigentes. Y las inversiones cada vez se hacen más hacia inversiones de impacto. El que el que no vaya por este camino va a perder inversiones y cuota y va a quedarse fuera de las legislaciones. El panorama no es nada halagüeño si no estás dentro de este camino. -Vosotros estáis en el lado de las empresas. ¿Están haciendo este cambio? ¿Están apostando por los trabajos verdes y la transición? -Ahora mismo lo que es una preocupación es el cómo hacerlo. Hay una parte, la legislativa, que diferencia a las que lo hacen por convencimiento a las que lo hacen por obligación. Lo van a hacer porque todas las empresas van a tener que ir hacia ese camino. Luego están las compañías que lo hacen porque se lo creen. Esas no van a tener ningún problema: estas van a estar siempre en punta de lanza.