Carlos Alcaraz tiene 21 años, una edad que en ocasiones enmascaran sus éxitos. Cuatro finales de Grand Slamas, pleno de victorias. Va muy rápido, aunque continúa e fase de aprendizaje, por mucho que su despliegue de recursos invitan a pensar en un tenista “muy completo y polivalente” como le definió
Novak Djokovic. Lo es, aunque con matices que solucionar, que pulir muchas veces a través del proceso propio de la experiencia y la madurez.
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