¿Qué santo se celebra hoy, 20 de julio? Esto es lo que debes saber del santoral de la Iglesia Católica
El santoral de la Iglesia Católica es un tesoro invaluable que alberga las historias de miles de hombres y mujeres que, a lo largo de los siglos, han dedicado sus vidas a seguir los pasos de Jesucristo. Cada día del año, el santoral nos recuerda a un santo o santa que nos ofrece un ejemplo de fe, esperanza, caridad y entrega a Dios.
¿Qué es el Santoral?
El santoral es un calendario litúrgico que registra las fechas de las fiestas y conmemoraciones de los santos reconocidos por la Iglesia Católica. Estas fechas están relacionadas con el aniversario de su muerte, la traslación de sus reliquias o algún otro evento importante en su vida.
¿Qué santo se celebra hoy sábado 20 de julio?
- San Elías profeta
- San Apolinar de Rávena
- San Aurelio de Cartago
- San José Bársabas el Justo
- San José María Díaz Sanjurjo
- Santa María Fu Guilin
- Santa Marina de Antioquía de Pisidia
- San Pablo de Córdoba
- San Pedro Zhou Rixin
- San Vulmaro de Boulogne
- San Xi Guizi
- Beato Bernardo de Hildesheim
San Elías: un profeta de fuego y fe inquebrantable
En las escarpadas montañas de Galaad, durante el turbulento reino de Acab en Israel, surgió un profeta cuya voz resonó con la fuerza de un trueno, San Elías. Un hombre de fe inquebrantable, defensor de la justicia y portador de la palabra de Dios, Elías se convirtió en un símbolo de la lucha contra la idolatría y la corrupción.
Nacimiento y llamado divino
Nacido en Tisbe, Elías recibió el llamado de Dios en una época de decadencia moral y espiritual. El rey Acab y su esposa Jezabel habían abandonado la adoración al Dios único para abrazar la idolatría pagana, conduciendo al pueblo por un camino de oscuridad y perdición.
Enfrentamiento con Acab y Jezabel
Elías no se amedrentó ante el poder de los reyes. Con valentía y determinación, denunció la idolatría y proclamó la justicia divina. Se enfrentó a Acab y Jezabel, desafiando sus creencias y exigiendo el regreso al verdadero Dios.
Milagros y poder divino
Elías fue un profeta poderoso, dotado por Dios con la capacidad de realizar milagros extraordinarios. Cerró los cielos para provocar una sequía devastadora, la cual solo cesó cuando el pueblo reconoció el poder de Dios. Hizo descender fuego del cielo para consumir una ofrenda en el monte Carmelo, demostrando la supremacía del Dios verdadero sobre los ídolos paganos.
Ascenso al cielo
Tras años de lucha y predicación, Elías fue llevado al cielo en un carro de fuego, dejando a su discípulo Eliseo como su sucesor. Su partida no marcó el final de su legado, sino que lo convirtió en un símbolo aún más poderoso de la fe inquebrantable y la justicia divina.
San Elías es venerado como profeta por las principales religiones abrahámicas, incluyendo el cristianismo, el judaísmo y el islam. Su historia ha inspirado a creyentes de todo el mundo por su valentía, su fe inquebrantable y su compromiso con la justicia.
San Pablo de Córdoba: un mártir mozárabe defensor de la fe
En la Córdoba del siglo IX, marcada por la tensión entre la comunidad cristiana mozárabe y el poder musulmán, brilló la fe y el coraje de San Pablo de Córdoba, un diácono que entregó su vida en defensa de sus creencias.
Nacimiento y juventud
Pablo nació en el seno de una familia mozárabe, profundamente arraigada en la fe cristiana. Desde temprana edad, mostró una gran devoción religiosa y un profundo interés por las Sagradas Escrituras.
Consagración como diácono
Movido por su fervor religioso, Pablo decidió consagrar su vida al servicio de la Iglesia. Recibió el orden de diácono de manos del obispo de Córdoba, dedicándose a la oración, la predicación y la asistencia a los más necesitados.
Un defensor de la fe
En un contexto de creciente hostilidad hacia los cristianos, Pablo se convirtió en un firme defensor de la fe. Su predicación clara y valiente desafiaba las creencias islámicas dominantes, atrayendo a muchos a la fe cristiana.
Arresto y martirio
La audacia de Pablo no pasó desapercibida para las autoridades musulmanas. Fue arrestado y acusado de blasfemia contra el Islam. A pesar de las torturas y amenazas, Pablo se mantuvo firme en su fe, negándose a renunciar a sus creencias.
Un símbolo de resistencia
El 20 de julio de 856, Pablo de Córdoba fue decapitado en la Plaza de la Mezquita, convirtiéndose en un mártir de la fe cristiana. Su muerte conmovió a la comunidad mozárabe y lo convirtió en un símbolo de resistencia frente a la opresión.
Legado imperecedero
La figura de San Pablo de Córdoba sigue inspirando a los cristianos de todo el mundo. Su ejemplo de fe inquebrantable, valentía y compromiso nos recuerda que incluso en las circunstancias más difíciles, debemos mantenernos firmes en nuestras creencias.
San Pablo de Córdoba es venerado como santo por la Iglesia Católica. Sus reliquias se conservan en la Catedral de Córdoba, donde cada año miles de fieles acuden a pedir su intercesión.