ONG Amaranta sobre cómo prevenir la violencia digital: “Las acciones individuales no sirven, hay que abordarla colectivamente”
Por unanimidad la Cámara de Diputados y Diputadas aprobó el 9 de julio el proyecto de ley que proscribe, tipifica y sanciona el ciberacoso, la violencia digital y el hostigamiento en sus diversas formas, además de otorgar protección a las víctimas.
Iniciativa presentada en 2020 por parlamentarios y organizaciones de la sociedad civil, que luego de casi cuatro años de tramitación fue despachada al Senado.
Al respecto, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la vicepresidenta y directora de incidencia de ONG Amaranta, Karen Vergara, afirmó que este proyecto es fruto de “un esfuerzo gigante de varios años”.
“La iniciativa partió en 2020 durante la pandemia cuando la diputada Maite Orsini, junto a una bancada bien amplia de diputados y diputadas, nos convocó a distintas organizaciones que trabajamos en temáticas asociadas a tecnología, violencia de género, etc. para plantear un proyecto de ley que en el fondo tuviera la visión de las agrupaciones sobre la materia”, relató.
Así, la vicepresidenta de ONG Amaranta comentó que “ha sido una larga lucha esperar que se visibilice y que se ponga en tabla. Pasó por muchas modificaciones también en la Cámara Baja, pero estamos muy contentas de que se dé este primer paso, porque creemos que es el primero de muchos para poder visibilizar la violencia digital en nuestro país”.
¿Cuál es la situación de la violencia digital en Chile?
En 2020 ONG Amaranta realizó una encuesta sobre violencia digital en nuestro país, en la que un 73,8% de las personas que respondieron declaró haber sufrido algún tipo de violencia en Internet.
Asimismo, se constató que dentro de los ataques más reportados se encontraban la violencia verbal, el hostigamiento y/o acoso, y el envío de videos o fotografías de genitales masculinos sin consentimiento.
A finales de ese de mismo año, ONG Amaranta junto a Fundación Datos Protegidos y ONU Mujeres elaboraron el estudio “Violencia digital: experiencias de niñas y adolescentes de Chile”, investigación que evidenció que las niñas y adolescentes se encuentran tres veces más expuestas a vivir experiencias de violencia digital.
En ese sentido, Karen Vergara sostuvo que a partir de los estudios que han realizado, dentro de los principales tipos de violencia digital en nuestro país está el ciberacoso, pero por otro lado, hay una violencia más íntima y sexual, que es la difusión de fotografías que pudieron enviarse en un contexto de pareja.
“También, está el envío de contenido sexualmente agresivo, la creación de memes o imágenes humillantes para amedrentar a algunas personas y denostarlas, entre otras prácticas”, agregó.
Frente a esta situación, la vicepresidenta de ONG Amaranta, expone que junto a otras agrupaciones de América Latina y del Caribe han constatado que tienen cifras similares respecto de las personas afectadas por la violencia digital en cada uno de sus países.
“Sin embargo, nos damos cuenta que falta mucho para poder identificar que lo que viviste fue violencia, y eso cuesta aún más si la violencia la ejerce alguien de tu entorno cercano, por ejemplo, una pareja o expareja”, explicó.
Vergara fue en enfática en señalar que “hay harto que hacer respecto a educación” en esta materia. “Por ejemplo, la mayoría de los términos de violencia digital están en inglés, es decir, son un montón de conceptos que en el fondo hacen que la gente no se sienta identificada o no sienta que lo que vivió se llama así. Entonces, también hay una tarea de educación bien potente para aprender a ponerle nombre a estas violencias”, añadió.
Además, argumentó que es importante que las policías sepan acoger y proceder en estos casos. “Cuando las personas quieren ir a denunciar, no saben cómo hacerlo y en la PDI o en Carabineros los mandan de vuelta para la casa. Es algo que nosotras hemos visto mucho”, dijo.
Lo que coincide con los resultados de la consulta ciudadana virtual sobre violencia digital 2023 del Ministerio del Interior, donde un 83% de las personas que vivieron violencia en internet no denunciaron porque en su mayoría no sabían cómo hacerlo, era muy complicado o no confiaban en las instituciones públicas.
¿Cómo prevenir?
La directora de incidencia cuenta que desde ONG Amaranta, a partir de su experiencia en investigación, educación y concientización, consideran que para prevenir la violencia en espacios digitales es muy importante la educación sexual integral, que es “un gran deuda pendiente en nuestro país”.
“Sin duda, significa una diferencia total en cómo es percibido el cuerpo de las personas en el espacio digital. Es super importante preguntarnos por qué siempre las fotografías viralizadas son de mujeres o de diversidades, y esto se debe a que también dentro de esta violencia hay una forma de intentar disciplinar los cuerpos, de marcar una especie de territorio moral que se disputa ahí, haciéndolas sentir inseguras, apelando directamente a su sexualidad, al autoestima, etc.”, explicó.
Así, Vergara apunta que desde su organización plantean la relevancia de un trabajo a partir de las infancias. “Todo eso es un trabajo que va muy apalancado con algo que era parte de la iniciativa original, que tiene que ver con establecer medidas de reparación, de educación y de alfabetización digital para todas las personas”, recalcó.
De esta forma, dentro de las recomendaciones que se le hacen al Estado chileno, la integrante de ONG Amaranta, reiteró que hay que hacerse cargo de esta temática a nivel educativo, además de que es fundamental activar más redes de apoyo, de acompañamiento y campañas que vayan enfocadas específicamente a hablar de la violencia digital.
Del mismo modo, es importante abordar el ciberacoso desde el punto de vista de la protección de datos personales, “que también es otro gran pendiente, por otro lado, tiene que ver con la forma en que educamos, prevenimos estas situaciones y como contenemos cuando ya ocurrieron”, aseguró.
Por otro lado, Karen Vergara hace hinca pie en que “hay un tema que levantar respecto de que la tecnología se nos plantea como algo que es uno a uno, yo frente a mi dispositivo, y la tecnología es profundamente colectiva. Nosotros entramos a internet con una mochila donde van nuestros gustos, lo que nos cae bien, mal, nuestra intención política, etc., entonces, también cuando abordamos la violencia digital, tenemos que aproximarnos desde lo comunitario, no sirven las acciones individuales”.
“Así que también espero que eso sea el inicio de una discusión donde todas las personas abordemos lo que implica la violencia digital y entender que digital es real, o sea, las violencias digitales tienen consecuencias reales, nos duelen en el cuerpo físico, nos puede afectar en nuestra vida cotidiana, entonces, no hay que quitarle el peso al asunto“, sostuvo.