Patricio Cabello (CIAE) cuestiona prohibición de celulares en colegios: “Las escuelas podrían desentenderse de las prácticas digitales de niños y niñas”
Siete colegios de Las Condes comenzaron a regular el uso de celulares en niños y niñas mientras estén en el recinto. Sí bien la restricción abarca desde prekinder a 4° básico, se establece la excepción de tablets y elementos tecnológicos que puedan ser usados con fines pedagógicos.
“Si todo apunta hacia la regulación del uso, me parece que es una medida que podría eventualmente ser muy buena”, declaró el psicólogo Patricio Cabello, académico del Instituto de Estudios Avanzados en Educación (IE), en diálogo con Radio y Diario Universidad de Chile. Respecto a la discusión, fue tajante al afirmar que está en contra de la prohibición total del uso de aparatos tecnológicos.
“Me preocupa mucho que esto de pie para que la escuela se desentienda todavía más de las prácticas digitales de los niños”, advirtió el investigador del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) y puso como ejemplo otro debate que se desprende del uso de celulares como el ciberbullying.
“Puede pasar que digan ‘le hicieron ciberbullying a Pepito’ y que la respuesta sea ‘habrá sido afuera del colegio’. Cómo va a haber responsabilidad de los colegios si prohíbe los celulares”, adelantó.
En Chile, hay diversos proyectos de ley que se discuten en el Congreso Nacional. Mientras unos apuntan a la prohibición total, impulsados por la bancada de Renovación Nacional, otros liderados por el diputado Juan Santana (PS) hablan de regulación, lo que es mejor visto por los especialistas.
Si bien Cabello no ve como positiva la prohibición, comentó que no ve “la urgencia de que un niño que está en cuarto básico tenga que disponer de un dispositivo”.
En ese sentida, aseguró que sería ideal que las escuelas puedan “proveer de otros dispositivos y medios digitales que permitan que los estudiantes desarrollen habilidades digitales, que son necesarias para el mundo en el que vivimos, de manera regulada y planificada”.
En ese sentido, el investigador hizo hincapié en la relevancia de complementar esto con capacitación de docentes en las nuevas tecnologías y al desarrollo de habilidades para comprender este nuevo mundo digital y cómo los niños y niñas se relacionan con él.
“Necesitamos de manera más urgente formación para los profesores, para conocer y desarrollar formas de integración, regulación y mediación del uso de tecnología. Y si trabajan, por ejemplo, al mismo tiempo con los padres para poder acercarlos a las prácticas digitales de niños, niñas y adolescentes y apoyarlos en el desarrollo de habilidades para su mediación”, expresó Cabello.
El psicólogo apuntó como oportuno que los docentes no solo entiendan cómo los alumnos se desenvuelven con las tecnologías, sino que también incorporarlas como una herramienta de aprendizaje.
“Tenemos las actividades cotidianas por un lado, y por otro lado cómo hacen las tareas con tecnología, y cuando las hacen como buscan información, qué canales utilizan, cuáles validan. Necesitamos profesores que reciban formación para que desarrollen actividades de alfabetización digital crítica, o sea, que puedan trabajar con sus estudiantes respecto al origen de la fuente, los efectos que tiene la comunicación que tiene información falsa, que puedan reconocerla”, señaló al respecto.
Cabello además cuestionó la afirmación sobre que el uso de tecnología afecta a la concentración de los alumnos. “No hay evidencia consistente de eso”, apuntó en primer lugar. “De lo que hay evidencia es que niños, niñas y adolescentes que tienen usos excesivos, estamos hablando que tienen cinco o seis horas o más de pantalla diariamente, tienen dificultades para concentrarse en ciertas”, agregó.
“Pero no es la pantalla la que produce el déficit atencional. No hay una relación lineal entre que cada minuto que usas de pantalla baja tu concentración”, sentenció Cabello.
Así, mencionó que el celular puede ser un estímulo distractor de la misma manera que otros que afectan indirectamente a los alumnos y no la razón per se de la disminución de su atención.