El anuncio comienza así, en una tienda de bicicletas, con un Gepetto hipster, anacrónico, reinterpretado, y su hijo pinochesco, ligeramente desproporcionado. Su nombre es Charles Lazarus, aunque podría ser Andy, porque el paisaje se torna 'Toy Story' y también un poco 'El guardián de las palabras' —película, por cierto y por desgracia, muy olvidada—. El niño vuela a una galaxia juguética en espiral a través de un agujero de gusano donde le espera una 'Giraffa camelopardalis' de nombre Geoffrey que se dispone a cambiarle la vida. El resto es historia, aunque no muy conocida: la del fundador de Toys 'R' Us, empresario, según la campaña, revolucionario, pese a que por estas latitudes tampoco es que se levanten templos color salmón...
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