Un equipo de científicos japoneses han desarrollado pequeños organoides de hígado a partir de células madre que, trasplantados en ratones, se integran en el órgano original y ayudan a reparar lesiones fibróticas. Estos daños, semejantes a cicatrices en el tejido, son comunes a muchas enfermedades hepáticas, como la del hígado graso o la cirrosis. Según los autores, que publican los resultados en la revista ' Science Translational Medicine ', dichos organoides podrían ofrecer en el futuro una alternativa a los trasplantes de hígado. Este avance prometedor sugiere que los organoides podrían ser una alternativa viable a los trasplantes de hígado completos en enfermedades hepáticas avanzadas. La fibrosis hepática, que implica la acumulación de tejido cicatricial, es común en enfermedades crónicas como la cirrosis. Actualmente, los trasplantes de hígado son la única solución para los casos en etapa terminal, pero la escasez de donantes ha impulsado la búsqueda de nuevas tecnologías. El equipo liderado por Tomomi Tadokoro, de Centro de Investigación Yokohama Shiritsu Daigaku Igakubu Daigakuin , utilizó células madre pluripotentes inducidas para crear «brotes» hepáticos, que luego fusionaron en organoides más grandes. Al injertarlos en hígados de ratones con fibrosis inducida, estos organoides lograron reducir la fibrosis, mostrando mayor eficacia que los brotes individuales. Además, los organoides desarrollaron estructuras propias, como conductos biliares y vasos sanguíneos, estableciendo conexiones con el hígado huésped. Estos hallazgos abren la puerta a posibles tratamientos para la cirrosis en trastornos metabólicos, que requerirán estudios adicionales para confirmar su eficacia. El método supone la utilización en ratones de células iPS pluripotentes para la creación de 'brotes hepáticos' que, una vez fusionados para formar organoides son susceptibles de ser trasplantados al animal, produciendo una mejoría de la función hepática en animales con fibrosis hepática químicamente inducida, explica Rafael Matesanz, fundador de la Organización Nacional de Trasplantes . «Estos organoides hepáticos muestran una fuerte capacidad regenerativa, mejoran la fibrosis gracias a la acción de los macrófagos y son capaces de desarrollar sus propias estructuras como conductos biliares y vasos sanguíneos, así como de establecer conexiones con el órgano original del animal». En declaraciones a Science Media Centre , Matesanz, considera que la línea de investigación que plantea este artículo podría llegar a ser revolucionaria ya que, de llevarse a cabo en todos sus términos y poder aplicarse a la clínica, supondría disponer de un tratamiento eficaz para la fibrosis hepática, que es una vía final común de la mayoría de las hepatopatías. Representaría, por tanto, una solución para miles de enfermos sin acceso al trasplante. « La desproporción oferta/demanda es un fenómeno universal en todo tipo de trasplantes de órganos , pero es especialmente angustiosa en el caso del hígado por ser el más demandado después del riñón y porque, a diferencia de este, carece de alternativas del tipo de la diálisis y tiene, por tanto, carácter vital. Por ello, el trasplante de hígado es hoy por hoy la única solución a todo tipo de enfermedades hepáticas en situación terminal». Matesanz advierte que con la cautela que significa ser un estudio en animales de experimentación y referirse tan solo a una forma concreta de hepatopatía experimental, «esta línea de investigación, que sigue a trabajos previos del mismo equipo con una trayectoria bastante sólida, abre un camino con grandes posibilidades en la búsqueda de alternativas al trasplante y de paliar por tanto la escasez de órganos».