Dolor, escozor o ardor al orinar y una sensación de «vaciado incompleto» son los síntomas más frecuentes de la cistitis , una molestia urinaria cuya incidencia aumenta en verano debido al efecto del sudor y a la humedad en la zona íntima y que, en sus versiones más molestas puede incluir sangre en la orina, cansancio, náuseas, necesidad de orinar con frecuencia o incluso presencia de orina oscura y con olor fuerte. Las infecciones del tracto urinario inferior son más frecuentes de lo que se cree y, según datos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), el 50-60% de las mujeres adultas tienen al menos un episodio en su vida. Esta alta prevalencia se debe en parte a factores fisiológicos y hormonales que hacen que las mujeres sean más susceptibles a esta condición. «Las mujeres son especialmente propensas a la cistitis debido a su anatomía, ya que la uretra es más corta y facilita la entrada de bacterias desde el ano«, comenta la Dra. Mercedes Herrero, ginecóloga, sexóloga y jefa de la unidad de mama de Gine4 en HM Hospitales Montepríncipe y Sanchinarro. »Además, factores como el embarazo , la menopausia y el uso de ciertos anticonceptivos pueden aumentar el riesgo. Personas con un sistema inmunitario debilitado o con antecedentes de infecciones urinarias también tienen mayor probabilidad de desarrollar cistitis«, añade. Además, la resistencia antibiótica es un desafío en el tratamiento de estas infecciones, lo que hace aconsejable una elección cuidadosa de los antibióticos y la formación continua de los profesionales de la salud, según plantea la Dra. Herrero. A la hora de hablar de las causas conviene distinguir entre la cistitis bacteriana y la cistitis no bacteriana, según plantea, por su parte, la Dra. Marta Sánchez-Dehesa, Jefe del equipo de Ginecología y Obstetricia del HM IMI Toledo. La primera de ellas se produce cuando las bacterias «incorrectas» entran al cuerpo a través de la uretra, ya que cuando esto sucede éstas pueden viajar por la uretra hasta la vejiga o incluso hasta los riñones si no se trata la infección. En este sentido la Dra. Sánchez-Dehesa explica que este tipo de cistitis suele estar causada por las bacterias «malas» que ingresan a la uretra desde la piel o alrededor del ano. «Limpiarse de la manera incorrecta y tener relaciones sexuales sin precaución puede aumentar el riesgo de que esto suceda, así que conviene asegurarse de limpiarse desde la parte superior de la vulva hasta la parte inferior y orinar inmediatamente después de mantener relaciones sexuales», aclara. En cuanto a la cistitis no bacteriana o no infecciosa la experta asegura que normalmente está causada por hematomas o irritación de la uretra . «Esto puede deberse a la fricción durante las relaciones sexuales o la que se produce en deportes como el ciclismo o la equitación. Otras causas pueden ser sustancias químicas de determinados jabones y productos de baño y por el cloro en las piscinas. Otros factores que pueden predisponer a sufrir estas molestias son el sudor o la mayor humedad en la zona íntima que suele darse especialmente en verano, con los baños en la playa o la piscina, o en aquellas mujeres que sufren incontinencia urinaria. También pueden figurar como agentes causantes el descuido en la higiene íntima , la deshidratación o el aumento en la frecuencia de las relaciones sexuales. Beber muchos líquidos ayuda a diluir la orina, a orinar con más frecuencia y a mantener más limpio el sistema urinario. «Es fundamental beber suficiente agua durante el día, especialmente en verano, para mantener el tracto urinario limpio y libre de bacterias», aconseja la Dra. Herrero. Se recomienda beber al menos 8 vasos de agua al día. Después de nadar, es importante cambiarse el traje de baño mojado por ropa seca y limpia lo antes posible. La humedad puede favorecer la proliferación bacteriana. «La higiene genital adecuada es crucial. Use jabones adecuados para esta zona que respeten el pH y evite productos irritantes», añade la Dra. Herrero. Usar ropa interior de algodón y evitar prendas ajustadas que puedan retener humedad también es otra buena práctica. «El algodón permite una mejor ventilación y reduce el riesgo de infecciones», señala la ginecóloga. Igualmente orinar justo después de mantener relaciones sexuales ayuda a eliminar cualquier posible bacteria dañina que haya podido llegar a la uretra. Orinar con frecuencia , evitando así retener la orina demasiado tiempo, también ayuda a expulsar las bacterias del tracto urinario. «Es importante vaciar la vejiga completamente cada vez que se siente la necesidad», enfatiza la Dra. Herrero. Otro consejo es evitar el uso de productos irritantes para la zona íntima, así como las duchas vaginales y otros productos agresivos como los perfumados que puedan alterar el equilibrio natural de bacterias en el área genital. Además de las medidas higiénicas, ciertos alimentos y complementos alimenticios presentan acciones que pueden ayudar a prevenir la cistitis . No obstante, los especialistas recomiendan que los complementos alimenticios no deben en ningún caso sustituir una dieta equilibrada. Veamos cuáles pueden ser útiles: 1. Probióticos : Pueden ayudar a mantener un equilibrio saludable de bacterias en el cuerpo. «El consumo de yogur y otros alimentos ricos en probióticos puede ser beneficioso para la salud urinaria», sugiere la Dra. Herrero. 2. Vitamina C : Acidifica la orina, lo que puede dificultar el crecimiento de bacterias. «Incorporar alimentos ricos en vitamina C como naranjas, fresas y pimientos puede ser una medida preventiva eficaz». 3. D-Manosa : Este suplemento es un tipo de azúcar que se encuentra en pequeñas cantidades en las frutas y se ha demostrado que ayuda a prevenir la adherencia de las bacterias a las paredes de la vejiga. «Tomar complementos alimenticios de D-Manosa puede ser una estrategia adicional para quienes son propensos a infecciones urinarias recurrentes», aclara la ginecóloga. 4. El arándano rojo , que merece capítulo aparte, pues se consumo se ha asociado con la prevención de molestias en las vías urinarias, tanto en los casos de cistitis como de uretritis. Así, como recuerda el Dr. Matas lo que se valora de este alimento es su elevada concentración de proantocianidinas (PAC) que, según precisa el ginecólogo, son polímeros con propiedades antioxidantes y antiadherentes bacterianas. «Actúan creando una capa protectora sobre las paredes de los tejidos del tracto urinario, impidiendo que las bacterias se adhieran a la mucosa», aclara. Sin embargo, tal como explica el Dr. Matas, las cantidades efectivas se encuentran en los suplementos o concentrados de principios activos de arándano rojo, pero no en jugos de arándano o en el consumo de los arándanos naturales en forma de fruto. A la hora de elegir un suplemento alimenticio con arándano rojo el experto aconseja revisar el dato de concentración de proantocianidinas (PAC), pues este debe tener una concentración mínima de 36 mg por dosis diaria, medidos por el método BL-DMAC. En los casos de aquellas mujeres que comiencen repentinamente con sensación de escozor al orinar, micción frecuente y escasa o sensación de que la micción no termina, el Dr, Matas suele aconsejar empezar con un plan de choque durante 5 o 10 días tomando Cistomar Forte, de laboratorios Marnys, que incluye extracto de arándano (con una concentración de 140 mg de PAC por dosis), centinodia, D-manosa y vitamina C. Otro complemento alimenticio que puede resultar útil es Cistilacto, de Musa, compuesto por probióticos y D-Manosa que ayudan a prevenir las infecciones urinarias, así como evitar la toma de antibióticos cuando no es necesario, y mantener la salud del tracto urinario. Eso sí, los expertos aclaran que si aparecen molestias urinarias siempre debe consultarse con un profesional de la salud para que éste realice la analítica adecuada y pueda determinar el agente causal y con ello el tratamiento y el seguimiento adecuado, ya que no es aconsejable auto suplementarse sin la supervisión de un médico.