El Gobierno entrega a Cataluña la llave de la caja y la Agencia Tributaria catalana «gestionará, recaudará, liquidará e inspeccionará» todos los impuestos, comenzando por el IRPF ya en 2025 y extendiéndose después al resto de tributos. Una cesión que, desde hace poco más de mes y medio, negaban por activa y por pasiva en el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Desde que el presidente del Gobierno abriera la puerta el pasado mes de junio a una «financiación singular» para Cataluña , una propuesta de los republicanos que Sánchez veía «factible» dentro del marco negociador para investir al socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat, tanto el PSOE como los miembros del Gobierno limitaron el alcance de este sistema de financiación a cubrir esas «singularidades» de un territorio «tan importante como Cataluña». Las palabras del jefe del Ejecutivo, y las que se sucedieron a partir de entonces, venían a negar una cesión fiscal mayor como reclamaba ERC para hacer presidente a Illa: que la Generalitat recaude todos los impuestos, al estilo del concierto vasco. Una posición que los socialistas asumían como «maximalista» –en palabras de la portavoz del PSOE, Esther Peña–, pero a la que ha acabado cediendo semanas después. « Cataluña sale del régimen fiscal », anunció ayer Raquel Sans, portavoz de ERC. Solo un día después de las declaraciones del presidente del Gobierno, el 17 de junio Esther Peña matizó la «singularidad» dentro de las competencias que tiene Cataluña, pero negó que se fuera a traducir en un sistema de concierto 'a la vasca': « El Partido Socialista no está en el concierto », aseguró. 24 horas después, el 18 de junio, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, afirmó que el Ejecutivo nunca había planteado un modelo de concierto económico para Cataluña, que supondría abandonar el régimen común de las comunidades autónomas. « Este Gobierno nunca ha hablado de conciertos », pronunció entonces Alegría, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en La Moncloa. Cuestionada por las palabras del presidente, la ministra aseguró que lo único que busca el Gobierno es «un mejor modelo que atienda las singularidades» de las regiones, y cerró la puerta al cupo económico que exigían los independentistas. Por su parte, la ministra del ramo y vicepresidenta primera, María Jesús Montero , hizo ya unos días antes, el 13 de ese mes en declaraciones a RNE, un primer intento de aproximación a ERC al plantear un «tratamiento especial» en materia de financiación autonómica a algunas comunidades autónomas como Cataluña. La titular de la cartera de Hacienda incidió en que se deben atender las singularidades de los territorios; eso sí, dentro del régimen común. Una idea que reiteró tiempo después, en la última reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera. « Yo no comparto el concierto económico para Cataluña », dijo el pasado 15 de julio, sobre una propuesta que »siempre ha planteado ERC«. «¿Se puede avanzar en una mejor financiación de Cataluña? Sin duda. ¿Se pueden contemplar elementos singulares? Considero que sí y que se pueden dar pasos de gigante», apostilló Montero, aunque rechazó de pleno un concierto bilateral. En su lugar, ofreció al PP negociar la reforma del sistema autonómico de financiación. «Quiero volver a reiterar la disposición del Gobierno a negociar con el PP la reforma del modelo, una oferta que ya hizo el presidente Sánchez al señor Feijóo y que rechazó. Hoy, ante todos los consejeros autonómicos, he vuelto a hacer este llamamiento al diálogo constructivo para discutir un modelo que requiere discreción y, sobre todo, que los interlocutores tengan en la cabeza y velen por el interés general de todos los territorios», señaló. Hasta el propio líder del PSC, Salvador Illa , ironizó con los planteamientos de «máximos» de ERC para investirle presidente. «Hay que tocar con los pies en el suelo», dijo después de que los republicanos exigieran a Pedro Sánchez la «soberanía fiscal» –en palabras de Marta Rovira– como condición 'sine qua non'.