Irene Sánchez-Escribano, del 'palo' de Tokio a la final en París
Primera alegría del día en el tartán. La toledana Irene Sánchez-Escribano se ha metido en la final de los 3.000 obstáculos femeninos. Y lo hace, además, con una marca personal de 9:17.39 que baja en varios segundos el registro que tenía anteriormente.
Irene ha sido quinta -pasaban las cinco primeras- en una carrera donde ha corrido de manera muy inteligente, siempre en el grupo de las mejores. Todavía con 600 metros por delante, la manchega lograba abrir un hueco con sus perseguidoras y volaba en la última vuelta hacia la final.
Además, la historia de Irene con estos Juegos es especial, porque su primera cita olímpica llega tres años más tarde de lo que debería. La toledana se rompió pocas semanas antes de ir a Tokio cuando ya tenía tanto el billete como la preparación prácticamente hechas.
Llevaba todo el ciclo olímpico buscando la mínima para los Juegos, que estaba en 9:27.00. Se quedó dos veces a unas cuantas centésimas de lograrlo. Cuando llegó el campeonato de España, prácticamente la última oportunidad, estaba fuera. Pero allí, no sin ayuda de Carolina Robles -acabó octava en su serie y no podrá acompañarla- y Marta Serrano, consiguió la ansiada mínima.
Es por eso que, trasa aquel varapalo y con lo tortuoso del camino, la final olímpica de París sabe todavía mejor. Su registro es, por si lo anterior fuera poco, la mejor marca de una española en unos Juegos en el 3.000 obstáculos. “No lo sabía, pero ¡mucho mejor!”, reaccionaba tras la carrera.
“Ha venido muchísima gente a verme, estoy muy emocionada. En la última vuelta se caía el estadio”, ha dicho. Ahora, en la final, primero disfrutar y luego ya se verá. “Quiero disfrutar de una final olímpica, que me ha costado muchísimo estar aquí. Trataré de hacer otra marca personal si se puede. Y, si no, esto ya me lo he llevado”, ha finalizado. Una historia de superación y esfuerzo con recompensa.