Niñas Valientes por cifras de abuso sexual infantil en Chile: “Es fundamental romper con este silencio”
“Manifestamos la necesidad urgente de garantizar una efectiva protección y resguardo de las víctimas velando siempre por el bienestar y el interés superior de niños y niñas”, consigna la declaración pública de la Fundación Niñas Valientes sobre el caso de Eduardo Macaya, quien fue condenado por abuso sexual reiterado de menores.
Más allá de este proceso judicial, que ha sido protagonista de la agenda y el debate público, según el último reporte de la Fundación Amparo y Justicia en 2023 se registraron en Chile 40 mil 361 denuncias por delitos sexuales contra niños, niñas y adolescentes.
Además, de acuerdo a la misma fundación, desde el 2019 hasta el 2023 se han recibido 362 mil 355 denuncias cuyas víctimas son niños y jovenes, cifras preocupantes sobre el abuso sexual infantil que en nuestro país no se abordan, ni tampoco visibilizan.
Al respecto, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la directora (s) de la fundación Niñas Valientes, Sandra Aravena, afirmó que la falta de discusión sobre este tema en Chile, más allá de los casos mediáticos, refleja una problemática cultural más profunda.
“Pues reconocemos que los abusos sexuales infantiles siempre han sido vistos como un tabú, que se evita hablar sobre ellos, que muchas veces también se mantienen como secretos familiares, lo que sigue perpetuando el silencio e invisibilizando a las distintas víctimas, quienes necesitan apoyo urgente y acceso a la justicia”, recalcó.
En ese sentido, la directora (s) de Niñas Valientes sostuvo que “es fundamental romper con este silencio y es urgente enfrentar esto como un problema de salud pública y de derechos humanos”.
“Creemos también que los medios de comunicación tienen un rol clave a la hora de visibilizar estos casos, ya que ampliar o validar las denuncias de las víctimas permitirá que en el futuro estas sean realizadas con anterioridad, que más niñas, niños y adolescentes que viven estas terribles situaciones puedan acceder al sistema y confíen en que se les va a valorar, resguardar y proteger antes que todo”,
– Tomando en cuenta que cerca del 80% de los niños, niñas y adolescentes no denuncian cuando sufren algún tipo de abuso ¿Cuál es el análisis que realizan sobre la situación de abuso sexual infantil en Chile?
Consideramos que las cifras son alarmantes y reflejan una profunda crisis en la protección de la infancia. Estos datos no solamente es la punta del iceberg, ya que el hecho del 80% de los casos no denuncien indica que gran parte de las víctimas siguen permaneciendo en las sombras y las temáticas de abuso sexual infantil siguen siendo secretos familiares o no vibilizandose, lo que nos demuestra una necesidad urgente de fortalecer los mecanismos de denuncia y protección, siempre desde un enfoque de derechos, permitiendo que no se revictimicen las víctimas, como ha sucedido en los últimos casos más mediáticos.
“Creemos también que es necesario promover una cultura de cero tolerancia a este tipo de situaciones o formas de abuso, por lo que para ello es necesario garantizar procesos de formación y de sensibilización a la sociedad, lo que nos puede permitir actuar frente a estos casos”, declaró.
– Según un estudio de la Defensoría de la Niñez, el 80% de las víctimas de violencia sexual son niñas, dato que es respaldado por el informe anual de la Fiscalía de 2023. ¿Cómo podemos evitar que sean las niñas y adolescentes las más afectadas por la violencia sexual?
Para revertir estas cifras es esencial que como sociedad podamos implementar una serie de estrategias, la primera, es que consideramos que es crucial fortalecer los distintos sistemas de protección y apoyo a las víctimas de delitos como el abuso sexual infantil y que ellas reciban un acompañamiento profesional y necesario.
Ante eso, la nueva Ley de Garantías de Protección de la Niñez (Ley 21.340) pone como foco en este sistema que reconozca a los niños y niñas, como sujeto de derechos, y mandata también a las distintas instituciones del Estado para que actúen de forma coordinada, atendiendo a estas necesidades según los ciclos de vida y protegiendo a la niñez y adolescencia, garantizando sus derechos.
En segundo lugar, creemos que para hacer frente a esta problemática alarmante, la educación sexual integral desde la primera infancia puede permitir empoderar a niños y niñas, que reconozcan sus cuerpos y sus derechos, permitiéndoles también identificar y denunciar estas situaciones de abuso.
– ¿Cómo el Estado y la sociedad pueden garantizar la protección de las infancias? ¿A través de qué medidas o herramientas?
El Estado y la sociedad deben trabajar conjuntamente para garantizar la protección de las infancias, para eso, en primer lugar se debe trabajar desde la política pública, incidiendo en que las nuevas leyes tengan el foco puesto en este punto, desde ahí la nueva ley, la Ley 21.430 de garantías de protección de la infancia, busca ser este elemento articulador entre los distintos organismos del Estado para que desde el ámbito de la salud pública, de la educación, los cuidados, la seguridad, etc. se tenga el foco puesto en esta prevención de las violencias y la garantía de la protección de las infancias.
Por otro lado, es necesario que se pueda seguir capacitando y entregando herramientas a adultos y adultas de los distintos entornos de socialización de la niñez, como por ejemplo, las familias, los colegios, entre otros, para que puedan detectar de forma temprana e intervenir también adecuadamente ante los distintos casos.
También, ahí hay un rol clave de la sociedad, involucrándonos activamente en esta promoción de una cultura equitativa, que prevenga la violencia y la niñez. La sociedad además tiene un importante rol ya que podemos acompañar estos procesos sociales a través de nuestros distintos programas, teniendo el foco puesto en la mirada más territorial.
– Entendiendo la importancia de la educación sexual integral desde la primera infancia ¿Con qué argumentos es posible convencer a los grupos más conservadores que se han opuesto a legislar en el Congreso sobre este asunto?
Como fundación creemos que podemos ocupar varios argumentos, en primer lugar, la educación sexual integral no sólo se centra en aspectos biológicos, sino que también en la promoción de desarrollo de habilidades para la vida. De esta forma se promueve el respeto, la igualdad, se habla de consentimiento, por ejemplo, que nos permite evitar este tipo de situaciones.
Por otro lado, la educación sexual integral también fomenta el empoderamiento de los niños, niñas y adolescentes, para que puedan reconocer distintas situaciones de riesgo y sepan cómo actuar al respecto.
En tercer lugar, se ha demostrado que la educación sexual integral reduce algunos casos de abuso sexual y embarazos, ya que contribuye a que niños, niñas y adolescentes reconozcan sus cuerpos, puedan saber como acceder también a los sistemas de salud y que puedan ir comprendiendo sus diferentes etapas vitales de manera adecuada a los momentos que están viviendo. De esta forma, se asegura que los contenidos que se aborden también sean apropiados y beneficiosos para quienes los reciben.