De Japón a Wall Street: 5 claves para entender qué está impulsando la crisis en los mercados
Los mercados mundiales se vieron sacudidos el lunes por fuertes turbulencias, mientras se agitaba la preocupación por la trayectoria de la economía estadounidense y los traders deshacían rápidamente las apuestas que han dominado este año.
Japón fue el centro de la tormenta, con su índice Topix cayendo más de un 12% en la mayor liquidación desde el Lunes Negro de 1987. Las ventas se extendieron a los mercados estadounidenses y europeos, y el índice S&P 500 de Wall Street cayó alrededor de un 4%.
¿A qué se debe la caída?
En pocas palabras: los últimos datos económicos han echado por tierra la opinión generalizada de que los dirigentes mundiales, encabezados por la Reserva Federal de Estados Unidos, serán capaces de enfriar la inflación sin demasiados daños colaterales.
Una recesión en Estados Unidos todavía no está descartada
El informe del viernes sobre el empleo en EE.UU., que mostró una desaceleración de la contratación mucho más acusada de lo previsto en Wall Street, agravó los temores de que la mayor economía del mundo se vea sometida a tensiones cada vez mayores por los elevados costos de endeudamiento. Durante la reciente temporada de ganancias, los directivos de las empresas señalaron que los consumidores, que desempeñan un papel fundamental en la economía estadounidense, están empezando a recortar sus gastos.
"Al comienzo de este año, los inversores esperaban un resultado de 'Ricitos de oro' [o Goldilocks, un estado ideal donde la economía crece lo suficiente para evitar una recesión pero no tanto como aumentar la inflación]", señalaron el lunes los estrategas de renta variable de JPMorgan, que añadieron que esta hipótesis se estaba poniendo ahora "seriamente a prueba".
Goldman Sachs declaró el fin de semana que, en su opinión, la probabilidad de que EE.UU. entre en recesión el año que viene es de una entre cuatro, frente al 15% que preveía anteriormente. Los signos de malestar económico inminente no se limitan a EE.UU: las encuestas empresariales de la eurozona muestran que el bloque se ha visto afectado por las tensiones geopolíticas, el menor crecimiento mundial y la frágil confianza de los consumidores. La actividad en el sector fabril chino también se redujo entre mayo y julio.
Según Bruce Kasman, economista jefe de JPMorgan Chase, las encuestas realizadas el mes pasado a ejecutivos del sector manufacturero son "coherentes con un estancamiento del aumento de la producción mundial".
Japón ha complicado aún más la situación con el continuo abandono de su política de tasas negativas, que comenzó en marzo y se aceleró la semana pasada. Esto ha provocado un tumulto en el mercado de divisas que se ha extendido a otros lugares.
¿Por qué son tan graves las turbulencias?
Hasta hace poco, los mercados mundiales de renta variable habían estado en alza, impulsados por las esperanzas de un escenario económico de Ricitos de Oro y una avalancha de acciones tecnológicas estadounidenses alimentada por el entusiasmo por la inteligencia artificial (IA). El índice S&P 500 de Wall Street, el barómetro de renta variable más importante del mundo, subió casi 20% desde principios de año hasta alcanzar un máximo histórico el 16 de julio.
Dudas en algunos sectores del mercado mientras la Fed sigue sin recortar las tasas
Los retrocesos suelen ser más rápidos que las subas: el S&P 500 ha caído más de 9% desde su máximo de julio.
La suba de la renta variable este año también ha hecho que las acciones parezcan más caras, un factor que ha sido una preocupación constante para los inversores. El S&P 500 cotizaba el viernes a unas 20,5 veces los beneficios previstos para los próximos 12 meses, frente a una media desde 2000 de 16,5 veces, según datos de FactSet.
El índice Vix, a menudo conocido como el "indicador del miedo" de Wall Street, se ha disparado hasta los 50 puntos, frente a los 16 de hace una semana, su nivel más alto desde la pandemia de Covid-19 en 2020, lo que indica que los mercados podrían sufrir más tumultos.
La volatilidad también se produce a principios de agosto, un momento en el que los inversores y traders de alto nivel hacen las valijas para irse de vacaciones. Por lo general, esta situación de "baja liquidez" se presta a movimientos exacerbados.
¿Cuál es el papel del sector tecnológico?
Muchos inversores se han inquietado por la enorme influencia en los mercados de un pequeño grupo de acciones tecnológicas: los Siete Magníficos de EE.UU.
Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Tesla, Meta y Nvidia representaron el 52% de la rentabilidad del S&P 500 en lo que va de año hasta finales de julio, según Howard Silverblatt, analista jefe de S&P Dow Jones Indices. Estos valores se encuentran ahora bajo presión, y su influencia positiva en los mercados se está convirtiendo en un factor clave de las ventas. El índice Nasdaq Composite, de gran peso tecnológico, ha perdido cerca del 14% desde su máximo de julio.
El pesimismo se acentuó con la noticia este fin de semana de que Berkshire Hathaway, propiedad de Warren Buffett, redujo a la mitad su participación en Apple, como parte de un alejamiento más amplio de la renta variable que llevó al multimillonario inversor a deshacerse de u$s76.000 millones en acciones.
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También han surgido otras preocupaciones centradas en la tecnología. Intel, uno de los fabricantes de chips más conocidos de EE.UU., se desplomó cerca de un 30% la semana pasada tras revelar sus planes de recortar 15.000 puestos de trabajo como parte de un amplio plan de reestructuración. Otras acciones del sector cayeron en consecuencia.
El temor a que el auge de la IA provoque una enorme demanda de chips y servidores especializados también ha influido en la confianza.
El fabricante de chips Nvidia, que se convirtió brevemente en la empresa más valiosa del mundo este año, ha caído un 35% desde sus máximos de junio.
¿Por qué las acciones japonesas son las más afectadas?
Tras el desplome del lunes, la renta variable japonesa ha eliminado todas sus ganancias del año, lastrada por la rápida subida del yen después de que el Banco de Japón elevara la semana pasada su principal tasas de interés a 0,25%, el nivel más alto desde la crisis financiera mundial de finales de 2008.
La postura más agresiva de Japón contrasta con las expectativas de un giro moderado de la política monetaria estadounidense. Esto ha provocado que se deshagan las llamadas "operaciones de carry trade", en las que los inversores piden prestado en un país con tasas bajas para invertir en otro con tasas altas.
Esta interacción ha provocado una suba del yen de más del 12% frente al dólar estadounidense -un movimiento sísmico en los mercados de divisas- desde finales de junio, hasta los 142,5 yenes. Una divisa más fuerte es un gran viento en contra para los índices bursátiles del país, muy exportadores.
La Bolsa japonesa, que cotiza activamente y está muy expuesta a la economía mundial, es también un lugar obvio para empezar a eliminar riesgos cuando los grandes fondos mundiales entran en modo pánico.
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A pesar de la reciente retórica alcista de 'Japón ha vuelto' y de los máximos históricos alcanzados por las acciones de Tokio en julio, la historia sólo ha tenido un frágil apoyo. Las instituciones nacionales y los individuos nunca compraron en el mercado con convicción, lo que significa que el grueso del reciente rally fue impulsado en gran medida por extranjeros.
Esto significa que estos 'turistas' de la inversión pueden retirarse del mercado con extraordinaria rapidez, y así lo han hecho.
¿La Fed tiene la culpa?
Cuando la semana pasada la Fed mantuvo las tasas de interés en su nivel más alto en 23 años, por encima del 5%, el banco central estaba haciendo lo que los inversores esperaban.
Pero el débil informe de empleo de julio, que mostró una ralentización de la contratación y un aumento de la tasa de desempleo, sembró de repente el pánico de que la Fed podría haber dejado pasar demasiado tiempo para empezar a bajar los costos de los préstamos, aumentando los riesgos de una recesión en EE.UU. El presidente de la Fed, Jay Powell, podría verse puesto a prueba si los mercados empiezan a crujir de forma sostenida.
Los mercados están priceando ahora en 1,25 puntos porcentuales los recortes de la Fed -o cinco reducciones de un cuarto de punto- para finales de año. Los traders también apuestan por la posibilidad de que el banco central estadounidense se vea obligado a reaccionar antes de su próxima reunión de septiembre con un recorte de emergencia no programado.
"Vemos la posibilidad de un recorte [de 0,5 puntos porcentuales] en septiembre, pero queremos la confirmación de otros datos", dijo Steven Englander, de Standard Chartered. "Si otros datos confirman que el descenso es tan pronunciado como sugieren los datos laborales de julio, es probable una secuencia de fuertes recortes".